EL CORREO, 7/10/11
El lehendakari defiende su papel y cree que las diputaciones ayudarán a atajar duplicidades
El lehendakari Patxi López esgrimió ayer las competencias que la Ley otorga al Gobierno Vasco en materia de «armonización y coordinación fiscal» para defender su potestad para presentar propuestas y participar en el debate sobre la política tributaria. «¿Qué es el Gobierno vasco en el Órgano de Coordinación Tributaria (OCT)? ¿Un okupa?», preguntó. López dirigió la pregunta al diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, después de que anunciara ayer que está trabajando con las administraciones forales de Álava y Gipuzkoa para poner en marcha una reforma fiscal el próximo año 2012 con «seriedad y rigor», de la que excluyó al Ejecutivo al no considerarle competente en la materia.
El presidente vasco terció así en el tira y afloja que mantiene con las diputaciones -gobernadas ahora por PNV, PP y Bildu-, no solo por el debate sobre los impuestos, sino también por la Ley Municipal y la Ley de Cajas -ambas recurridas por Bizkaia- y por el polémico informe sobre las duplicidades y las ineficiencias en los distintos niveles de la Administración vasca, que ha disgustado a los representantes forales al considerar que les culpabilizaba del sobrecoste que esos solapamientos suponen para las arcas públicas.
López echó la vista atrás para recordar que Juan José Ibarretxe lideró en el año 1998, en calidad de vicelehendakari, una reforma fiscal e incluso presentó públicamente el contenido de las normas que serían después aprobadas en las Juntas Generales de los tres territorios. «Fue el propio Gobierno vasco el que promovió la reforma del sistema fiscal y nadie dijo nada», apostilló. «Y ahora todo son críticas. Quienes las hacen deben contestar si lo que les molesta es que lo haga el Gobierno, que parece que no, o lo que les molesta de verdad es que su partido no gobierne en este país».
López confió también en que, igual que las instituciones forales han acabado reconociendo la necesidad de entrar al debate fiscal, harán lo mismo con el objetivo de atajar las duplicidades. «Es de sentido común que nos sentemos para hablar y definir las políticas que requiere el país y cómo las abordamos», indicó. «Estoy convencido de que al final acabaremos sentándonos a una mesa para hablar y resolverlo porque este país no se puede permitir otra cosa», vaticinó.
EL CORREO, 7/10/11