EL MUNDO – 21/07/15
· Koldo Martínez, portavoz de Geroa Bai, la coalición impulsada por el PNV de Navarra que encabeza Uxue Barkos, se refirió a la presidenta de la Comunidad Foral como la «lehendakari» navarra.
· Más allá de la traducción de presidente, el concepto adquirió otra connotación por lo histórico de que el nacionalismo asuma por vez primera el control del Gobierno Foral con unos guiños al vasquismo que enervaron a UPN, que ha acaparado el poder en las últimas décadas, y al PP, que avisó de que usará su mayoría absoluta en el Congreso para impedir que el nuevo Ejecutivo «viole la ley».
· Los socialistas del PSN, en cambio, tendieron la mano al diálogo con Barkos y no se opusieron a su designación, aunque subrayaron que la mayoría de la sociedad no se siente representada por símbolos como la ikurriña.
Fue a las 17.45 horas cuando la presidenta de la Cámara autonómica, Ainhoa Aznárez (Podemos), dio el «zorionak» a la «lehendakari», que fue ovacionada durante más de un minuto por la mitad más uno de los parlamentarios, los que apoyaron su investidura, y por los muchos asistentes a la histórica sesión en el que el nacionalismo vasco dio el salto que anhelaba en Navarra. Fue inédito en España también que una mujer, Yolanda Barcina, diera el relevo a otra al frente de un Gobierno, aunque en este caso se formalizara con un frío y breve saludo de cortesía.
La sesión de investidura arrancó a las 9.34 de la mañana con un discurso de Barkos contenido en 26 folios, en el que combinó el euskera con el castellano. Dejó claro desde el principio que lo que llega a la Comunidad Foral no es simplemente una alternancia, sino una «alternativa» en toda regla. «Esto no es un cambio de siglas, es un cambio de valores en Navarra», afirmó la que a sus 51 años ha sido periodista y diputada en el Congreso.
Destacó también la legitimidad del pacto para desalojar al partido que ganó las elecciones, UPN. «Aquellas fuerzas que propugnaban la necesidad de cambio duplicaron en voto a las que defendían la continuidad. En números redondos, 200.000 navarros se manifestaron a favor del cambio, mientras que 100.000 lo hicieron por el continuismo», remarcó.
Aunque Barkos fijó como prioridad las políticas económicas, la lucha contra el desempleo y los derechos sociales, o la lucha contra los casos de corrupción como el de la CAN que han carcomido a UPN, la parte sustancial de la alocución de la presidenta fue el nuevo barniz político que tendrá Navarra con el nacionalismo vasco en el poder. Barkos reclamó una Navarra «más soberana» y euskaldún y se definió como presidenta «abertzale» aunque consciente de que ésa no es la sensibilidad mayoritaria en la Comunidad Foral.
La nueva jefa del Ejecutivo, que parece haber tomado ejemplo del perfil moderado del lehendakari, Iñigo Urkullu, aseveró que trabajará para dotar de nuevas competencias a Navarra, entre las que citó Prisiones, Tráfico o la I+D. Asimismo, adelantó que solicitará una revisión del Convenio Económico.
Como ya era conocido, Barkos confirmó que apuesta por «normalizar y fomentar» las relaciones con el País Vasco y también con la zona del País Vasco francés conocida en euskera como Nafarroa Beherea. Navarra participará, señaló Barkos, en la eurorregión Aquitania-Euskadi. Asimismo, en los próximos años se potenciará una voz propia en política exterior con medidas como la recuperación de la delegación en Bruselas, ahora integrada en la representación española.
El sello vasquista del nuevo Gobierno de Geroa Bai, EH Bildu e Izquierda-Ezkerra (IU) –Podemos apoyó la investidura pero no accederá al Ejecutivo, cuya composición llegó a criticar ayer con un discurso vehemente de Laura Pérez– irritó a las formaciones constitucionalistas. También que en su intervención Barkos aludiera a «las violencias» y a «todas las víctimas» sin citar conceptos como «terrorismo» o «ETA», siglas que sí incluyó en su discurso el portavoz de EH Bildu, Adolfo Araiz, aunque también tuvo una mención de apoyo a los presos de la banda.
Según Javier Esparza, el nuevo líder de una UPN que vio la retirada por la puerta de atrás de Barcina, ayer se eligió una presidencia «oficial» y otra «en la sombra», en referencia al «control» que ejercerá la izquierda abertzale sobre Barkos. «Quien va a manejar este Gobierno es EH Bildu. Eso es lo que no cuentan a los navarros», insistió machaconamente Esparza, que subrayó también que la ikurriña no es la bandera de Navarra y que el territorio no puede pasar a ser «una diputación vasca más». «Parece que todo lo que suena a España a ustedes les repugna», criticó el político.
El PP, que es minoritario en Navarra precisamente por la raigambre de UPN, insistió en el mismo mensaje, pero incluso con un tono más agresivo. Ana Beltrán dijo que el Estado vigilará que el nuevo Gobierno no se salte el ordenamiento jurídico y lamentó que esté en el poder el nacionalismo vasco con sólo «un tercio de los votos». Acusó también a Barkos de querer «imponer» el euskera e incluso le afeó el que usara la lengua vasca cuando «el 90%» de sus ciudadanos no la entienden.
En sus réplicas, Barkos mostró su enojo por estas acusaciones y rechazó que su deseo sea «violar la Ley». Es más, refrendó que no está en su programa activar la vía de anexión de Navarra al País Vasco.
EL MUNDO – 21/07/15