ABC 08/10/13
· Los «barones» del PP son rotundos: ni una concesión más a Cataluña, ni un privilegio más con la financiación autonómica respecto a las demás autonomías del régimen común —País Vasco y Navarra cuentan desde la Transición con sus regímenes particulares, especiales—. Los presidentes autonómicos del PP han dejado claro que no admitirán un trato diferencial para Cataluña, ni una privilegiada negociación bilateral entre el Estado y la Generalitat para repartir la caja estatal de la solidaridad. Fundamentalmente, porque dinamitaría un principio esencial del Estado.
En público, ayer, los «barones» del PP se opusieron de forma tajante a la fórmula sugerida por la líder de los populares catalanes, Alicia Sánchez-Camacho. Más en privado, lo hacen con argumentaciones extendidas. Entre ellas, que es «infantil» creer que con más concesiones económicas se desactivará la deriva independentista.
La presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, es de las que piensan que Cataluña lleva ya muchos años siendo privilegiada por la financiación autonómica, demasiados como para ampliarla más aún, y justo ahora. Considera que el actual modelo de financiación —aprobado en la etapa de Rodríguez Zapatero— ya es «un traje a la medida de Cataluña». Y los hay que reconocen que no fue el primero. En los argumentarios de los «barones» del PP tampoco faltan las matemáticas. Madrid es la que más fuerza moral tiene con la calculadora en la mano, porque es el mayor contribuyente neto a la solidaridad interterritorial. Su PIB supera en 10 puntos al de Cataluña, pero sus ingresos públicos per cápita han sido un 7,3 por ciento inferiores a los que ha tenido la Generalitat en los dos últimos años. En 2011 y 2012, la Generalitat ha dispuesto de unos recursos per cápita de 2.627 euros por año, un 3 por ciento más que la media de las autonomías del «régimen común». En ingresos percapita, ha obtenido más que Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Madrid, Murcia y Comunidad Valenciana.
Ante la sugerencia de Sánchez-Camacho, la dirección nacional y los «barones» territoriales se pronunciaron al unísono. Pero en las filas socialistas, la orquesta volvió a sonar desafinada. El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, daba la «bienvenida» a la presidenta del PP catalán, interpretando que su propuesta casa con esa tesis del «diálogo» repetida como un mantra desde el PSOE. Pero a López le enmendaban de inmediato desde sus propias filas y en «fuego cruzado»: mientras desde Cataluña el PSC calificaba la sugerencia de Sánchez-Camacho de «excesivamente tibia», desde el socialismo andaluz advertían que cualquier concesión extra a Cataluña en materia de financiación autonómica «equivale» a romper «el concepto de igualdad consagrado en la Constitución».
ABC 08/10/13