Se sabe desde hace tiempo que la deriva independentista del Parlament daña la economía catalana. La inseguridad jurídica que genera el hecho de que pueda llegar a separarse de España –con la consiguiente salida de la UE– no es gratuita. Sin embargo, el episodio de la EMA es tan elocuente que no puede dejar a nadie indiferente.
Este organismo, que tendrá que trasladarse de Londres cuando Reino Unido formalice su marcha de la UE, no sólo da empleo a casi un millar de trabajadores, sino que además atrae al año a otros 40.000 funcionarios por motivos profesionales. Albergar esta sede sería un revulsivo para la economía barcelonesa. Una oportunidad única para que la capital catalana no dependa tanto del turismo del que reniegan los vecinos por los daños que ha causado a su casco urbano. Así lo han entendido el Ministerio de Sanidad, el Ayuntamiento de Barcelona y la propia Generalitat, que han trabajado juntos para que la candidatura tome fuerza frente a la treintena de ciudades que compiten por el organismo.
Que el Govern trabaje en paralelo por captar un ente de la Unión Europea y al mismo tiempo, separarse de España con el consiguiente abandono del club de los Veintiocho demuestra la esquizofrenia que sufre la política catalana.
Hasta ahora, Puigdemont creía que iba a ser posible compatibilizar las dos tareas porque la UE iba a tomar en junio la decisión de cuál será la futura ubicación de la EMA. Sin embargo, las elecciones británicas han cambiado el escenario y los líderes europeos no se reunirán para tomar esta decisión hasta el próximo 19 de octubre. Se trata del mismo mes en el que el Govern quiere que los catalanes participen en su consulta ilegal y unilateral. Una coincidencia que, según publicamos hoy, no va a pasar por alto Bruselas que no quiere arriesgarse a trasladar el organismo a una ciudad que pueda abandonar la UE poco después.
Barcelona cuenta con una vasta tradición farmacéutica. Importantes empresas del sector –como Grifols o Almirall– tienen allí su sede. La ciudad ha ofrecido la emblemática torre Agbar que diseñó Jean Nouvel para acoger esta sede. Y aunque tendría que ampliar su infraestructura hotelera para quedarse con la EMA parte de una oferta privilegiada frente a otras capitales. Por todos estos motivos, creemos que es una gran candidata para acoger la sede. Sería inaceptable que la sinrazón de un Parlament secuestrado por un partido antisistema, como es la CUP, impida a los barceloneses beneficiarse de esta ocasión única.
Puigdemot tiene hoy una nueva oportunidad para moderar su discurso e iniciar una rectificación en el acto de hoy en Madrid. Pero, lamentablemente, nada hace esperar que vaya a poner fin a sus delirantes propósitos.