EL MUNDO – 12/09/15
· La Diada volvió a evidenciar la incapacidad de los partidos constitucionalistas catalanes para caminar en la misma dirección y aparcar sus diferencias partidistas. PP, PSC y Ciutadans denunciaron la «apropiación» soberanista del 11-S, pero lo hicieron por separado, demostrando que no están dispuestos a sumar sus fuerzas para tratar de competir con la candidatura que plantea declarar la independencia de Cataluña si consigue la mayoría absoluta el 27-S.
La más palmaria prueba de esa desunión se produjo en la conmemoración de la Diada que organizó en Barcelona la Delegación del Gobierno de Cataluña. Sólo el candidato del PP, Xavier García Albiol, acudió a la convocatoria. Albert Rivera e Inés Arrimadas prefirieron celebrar la festividad en Tarragona y el socialista Miquel Iceta siguió resaltando su matiz catalanista al comparecer en la ofrenda floral de Rafael Casanova, el conselleren cap de la capital catalana durante el sitio de 1714. Un año más, PP y Ciutadans rehusaron honrar a este símbolo nacionalista, mientras que Lluís Rabell, el aspirante de Catalunya Sí que es Pot –la coalición que integra a Podemos–, siguió el ejemplo de los socialistas y participó en el homenaje.
Al acto de la Delegación del Gobierno estaban invitadas todas las instituciones catalanas y partidos, pero el hecho de que la delegada, María de los Llanos de Luna, esté integrada en las filas del PP ahuyentó al resto de formaciones.
Los populares aprovecharon la ocasión para volver a denunciar el tacticismo de Ciutadans y la desorientación socialista. Andrea Levy fue especialmente dura con el PSC, a quien preguntó «si se avergüenza de acudir a un acto institucional que reivindica la cultura de España en Cataluña». La vicesecretaria de Estudios y Programas del PP criticó que la «ambigüedad» de los socialistas les impida sumarse a ese frente contra la secesión que Albiol viene proponiendo, infructuosamente, desde la precampaña.
Atrás quedan ejemplos de unidad como la conmemoración del 35 aniversario de la Constitución que en 2013 logró aglutinar en la Delegación del Gobierno a Albert Rivera, Alicia Sánchez-Camacho y el socialista Pere Navarro.
«EL DÍA MÁS TRISTE»
Aunque separadas físicamente, todas las fuerzas contrarias a la independencia coincidieron en denunciar la «apropiación» que el Govern de la Generalitat y la candidatura soberanista Junts pel Sí han hecho de esta Diada con el único objetivo de relanzar su campaña electoral.
«Es la Diada más triste que recuerdo», reconoció Albiol desde la plaza de España de Barcelona. El candidato del PP consideró confirmada «la expulsión de la Cataluña real» del 11-S y reprochó a Artur Mas y sus compañeros de lista haber arrinconado la senyera, «el símbolo de todos los catalanes», para abonar la «exaltación soberanista» sin importarle la fractura social generada.
«Cuando Cataluña va unida gana y, cuando se divide, pierde», añadió Iceta, mientras Rabell –de Catalunya Sí que es Pot– recriminaba a Mas haber «manipulado» la «jornada de todos» para convertirla en «un acto propagandístico». Iceta y Rabell coincidieron con la alcaldesa de Barcelona en el habitual homenaje en recuerdo del presidente de Chile, Salvador Allende. Ada Colau recuperó una tradición que su predecesor, Xavier Trias, había abandonado y también cumplió con su palabra de no acudir a la manifestación independentista de la Diada, en la que Trias siempre participaba. Con todo, la marcha organizada por la ANC contó con representación del Gobierno barcelonés, pues acudió su número dos, Gerardo Pisarello.
En lugar de volver sobre la politización de la Diada, Ciutadans prefirió imaginar cómo se celebrará la festividad si Mas sale derrotado el 27-S. El presidente de la formación naranja, Albert Rivera, prometió que, si consiguen ser determinantes en la gobernabilidad de Cataluña, «nunca más se preguntará a nadie de dónde es ni cuál es su bandera».«Las elecciones se ganan en las urnas, no manifestándose», completó la candidata Inés Arrimadas, centrada en fomentar una participación masiva que trunque la hoja de ruta soberanista y permita devolver el pluralismo a la Diada.