EL CORREO, 7/9/11
Nuevo juicio en el horizonte contra la izquierda abertzale. El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha procesado a cinco de los dirigentes del supuesto aparato internacional de Batasuna, Askapena, acusados de estar a las órdenes de ETA y de trabajar para dar «proyección internacional» a la banda a través de conferencias, encuentros y viajes.
Ruz sienta en el banquillo acusados de pertenencia o colaboración con organización terrorista al máximo dirigente de Askapena, Walter Wendelin, quien también es el delegado para América Latina, y a los también responsables del colectivo David Soto Aldaz, Aritz Gamboa de Miguel, Gabriel Basañez Ruiz y Unai Vázquez Puente. Todos ellos fueron capturados el en una operación desarrollada septiembre de 2010. El magistrado retira las acusaciones para los otros siete activistas de la izquierda abertzale que se encontraban imputados hasta ahora en este sumario.
Según detalla Ruz, la principal prueba de cargo contra los cinco dirigentes imputados, a los que el próximo jueves se les comunicará su procesamiento, es un documento incautado al ex jefe político de ETA Francisco Javier López Peña, ‘Thierry’, en mayo de 2008 denominado ‘Mapa de la estructura 83’, en el que se desvela el papel de cada uno de ellos en el denominado Grupo de Trabajo Internacional.
El juez asegura que todos ellos seguían «directrices previamente establecidas por los responsables de ETA» y que «intervenían» de «forma personal y directa» en el desarrollo de esas órdenes», «asumiendo responsabilidad y funciones concretas» dentro de la organización armada, más allá de «la mera afinidad ideológica con los planteamientos» de la banda terrorista.
De acuerdo con el auto del juez, Askapena pasó de ser un «movimiento de masas» a formar parte del entramado terrorista a partir de 1999, cuando entró en una «estructura mancomunada» ya «bajo el control de EKIN», el aparato político de ETA. Ya en 2005 -explica Pablo Ruz- Askapena se encargaba en exclusiva de las relaciones internacionales de la banda a través de cuatro campos de acción diferentes: comités de solidaridad en Europa, participación en foros internacionales, puesta en marcha de seminarios y «organización de ‘bridagak’ que se desplazan cada año a distintos países».
El juez desvela los contactos de Askapena con las FARC y sitúa a este colectivo internacional en el epicentro de las relaciones con los huidos de ETA en Venezuela.
La otra prueba que exhibe Ruz contra Askapena para demostrar su dependencia de la ilegal Batasuna son sus cuentas. El juez tiene un informe de la Policía que revela que esta organización se financió entre 2005 y 2007 de la «caja común» que las ahora ilegales ANV y EHAK crearon y compartieron con la coalición que lideraba Arnaldo Otegi.
EL CORREO, 7/9/11