Los independentistas catalanes preparan un frente común con Otegi a nivel estatal

EL CONFIDENCIAL 29/02/16

· El secretario general de Sortu abandonará la cárcel de Logroño este martes. Durante los últimos meses, ha recibido visitas de enviados de círculos independentistas catalanes

El secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, que este martes abandonará la cárcel de Logroño, será una de las figuras clave en un gran frente independentista estatal que se ha venido gestando en los últimos meses y que reunirá a vascos y catalanes en la misma trinchera. El domingo 21 de febrero, lo visitaban en la prisión el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, el expresidente del PSE Jesús Eguiguren y el exdiputado de la CUP David Fernández, que en varias ocasiones había oficiado de guía, chófer y anfitrión cuando el vasco se desplazaba a Cataluña. La visita, a pocos días de su liberación, era más simbólica que otra cosa.

Pero también es verdad que es un síntoma de que algo se mueve en los sectores independentistas. De hecho, Otegi ha recibido visitas de enviados de círculos independentistas catalanes durante los últimos meses, según ha podido conocer El Confidencial. Y hace unas semanas se había atado un gran acto independentista con Otegi en Barcelona para después de su excarcelación. De momento, sin embargo, los independentistas han descartado este acto “porque no queremos dar una imagen demasiado radical en Cataluña con la presencia de Otegi”. Así pues, se seguirá negociando discretamente el frente independentista: la primera reunión con Otegi ya fuera de la cárcel será en un territorio ‘neutral’, a medio camino de Cataluña y de Euskadi.

Los contactos entre independentistas se intensificaron hace menos de un año. A comienzos del pasado verano, ante las perspectivas excelentes del independentismo catalán, el independentismo vasco tomó cartas en el asunto, hasta el extremo de que el propio Otegi apoyó sin tapujos la candidatura de la CUP en las últimas autonómicas.

En ese momento, se hizo público el manifiesto ‘Libertad para Arnaldo Otegi. Presos vascos a casa’, que firmaron tanto Fernández como Tardà. Pero también el teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Asens, el cantante y actual diputado Lluís Llach, los actores Sergi López y Montserrat Carulla o el ideólogo de Procés Constituent, Arcadi Oliveres. Con posterioridad, firmaron también el manifiesto, entre otros, el sociólogo Salvador Cardús; el presidente de la ANC, Jordi Sánchez; el presidente del Ciemen, Aureli Argemí; el poeta Narcís Comadira; el historiador Armand de Fluvià; el escritor y diputado de la CUP Julià de Jòdar, o el dirigente de CDC Víctor Terradellas.

El pasado verano, ante las perspectivas excelentes del independentismo catalán, el vasco tomó cartas en el asunto, y Otegi apoyó la candidatura de la CUP

Reuniones con Askapena
Pero la CUP es la que se lleva la parte del león en el aprovechamiento de la resaca independentista vasca: ha mantenido estrechas relaciones y multitud de reuniones no solo con el entorno de Otegi, sino con los principales dirigentes de Askapena. La cúpula de esta organización fue juzgada el pasado 29 de octubre por presunta colaboración con ETA y la sentencia todavía no ha sido dictada. En las fechas del juicio, varios dirigentes de la CUP se desplazaron a Madrid para reunirse con independentistas vascos. Más tarde, a mediados de diciembre, fue la cúpula de Askapena la que devolvió la visita a Barcelona.

Hasta la capital catalana se desplazaron Walter Wendelin, Aritz Gamboa, David Soto y Gabi Basáñez, que mantuvieron un encuentro con la dirección de los cuperos en la sede de estos. A todos ellos les pueden caer hasta seis años de cárcel. Wendelin, apodado ‘el Belga’, está considerado el ‘embajador’ de Batasuna en Latinoamérica (alardea de haber trabajado para la Revolución Sandinista y de ser uno de los apoyos del Movimiento Continental Bolivariano), hasta que el Gobierno venezolano lo expulsó y le prohibió la entrada en el país en la primavera de 2010. Desde entonces, ha vivido en varios países europeos. Fuentes de la CUP señalan que las reuniones mantenidas fueron para apoyar a los acusados de Askapena, de los que defienden su inocencia y que no tienen nada que ver con ETA, ya que sostienen que son criminalizados por ser independentistas.

Los contactos de los círculos secesionistas vascos y catalanes se volvieron particularmente intensos desde la celebración de las elecciones autonómicas catalanas del 27 de septiembre, en las que la CUP tenía la llave para que Artur Mas pudiese formar un Gobierno rupturista. Sin embargo, su promesa de no investir a Mas dio al traste con las expectativas y obligó a sustituir al líder de CDC por otra persona.

Pero tras las elecciones del 27-S, las reuniones con diversas organizaciones independentistas vascas se multiplicaron. “Es normal que, en un momento dulce para el independentismo, se hable con organizaciones que tienen objetivos similares”, admiten a El Confidencial fuentes cercanas a la CUP. Pero analistas políticos lo ven con un sentido más crítico: “Los catalanes llegaron más lejos que los vascos sin tener una organización armada detrás, y eso es algo que los vascos admiran. En estos momentos, hay un intercambio de ‘knock how’ entre los independentistas vascos y catalanes para intercambiar experiencias y mantener una estrategia unitaria”.

De hecho, hay informes de la inteligencia española que sitúan a activistas vascos en casas okupadas de Barcelona, donde habrían impartido clases de ‘kale borroka’. Es más: durante las grandes y violentas manifestaciones (contra el Plan Bolonia, o tras el 15-M) a partir de 2011, las tácticas de lucha callejera aplicadas en Barcelona estaban copiadas de las tácticas empleadas en el País Vasco durante las últimas décadas. “Los vascos son maestros en estas técnicas y el independentismo catalán debe estar preparado por si hay que volver a tomar la calle”, añaden las fuentes consultadas.