EL MUNDO – 12/09/14
· Mario Vargas Llosa: «La soberanía no es divisible»
Por primera vez desde que echó a andar el proceso soberanista catalán, Madrid celebró ayer su propia Diada. La Diada española. Casi a la misma hora en la que miles de catalanes llenaban las calles de Barcelona pidiendo la independencia, unos centenares de personas abarrotaron una de las salas del Círculo de Bellas Artes convocados por Libres e Iguales, la plataforma impulsada por un puñado de intelectuales que pretende movilizar a los españoles contra el independentismo. Aunque la clase política española recibió esta plataforma sin demasiado entusiasmo, en el Círculo de Bellas Artes se dieron cita ayer políticos del PP y del PSOE para celebrar la Diada española.
Entre ellos, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Pero también ex altos cargos que ahora se han convertido en fervientes defensores de los valores de la Transición, como los ex ministros socialistas José Luis Corcuera y Virgilio Zapatero, Joaquín Leguina y Juan José Laborda. También asistieron el diputado Gabriel Elorriaga, los eurodiputados de UpyD Francisco Sosa Wagner y Maite Pagazaurtundua y numerosos intelectuales y periodistas que firmaron el manifiesto, encabezados por Mario Vargas Llosa. «La soberanía no es divisible. El derecho al voto es de todos los españoles», dijo el escritor. El lugar de la Diada española fue tan simbólico como que al otro lado de la calle está el Centro Blanquerna, donde dirigentes de CiU acababan de celebrar la Diada catalana.
Tras un pequeño concierto de piano con obras de autores españoles nacidos en Cataluña, la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo –alma de esta plataforma– leyó pausadamente y con escenografía teatral –sólo ella aparecía iluminada con luz cenital en una sala a oscuras– un apasionado discurso lleno de referencias históricas y culturales titulado Por la paz civil que entusiasmó a los asistentes. Hasta el punto de que al finalizar su intervención se escucharon gritos de «presidenta».
«A esta hora en Barcelona, miles de personas están conmemorando una guerra civil. Celebran la herida, una herida entre españoles. Su intención es que la herida permanezca». Así empezó el discurso, para hacer un largo viaje por la Historia y poner en evidencia que «sólo desde la ignorancia y el fanatismo puede presentarse la guerra de sucesión como una guerra de España contra Cataluña».
Álvarez de Toledo repasó la «suma de puntos de luz, de concordia y de reconciliación» que han hecho de España una nación. Empezando por el Compromiso de Caspe en 1412, pasando por el histórico discurso Paz, Piedad, Perdón pronunciado por Manuel Azaña en Barcelona en 1938, y acabando por el éxito de la Transición.
Libres e Iguales, aseguró, «repudia que el 11 de septiembre sea la fiesta nacional de Cataluña porque la celebración supone una afrenta histórica y ética». Y en un pasaje muy aplaudido, dijo: «A esta hora en las calles de Barcelona desfilan las masas perfectamente encuadradas en una uve. Victoria, dicen. Vergüenza, decimos». No ahorró críticas contra el nacionalismo, que identificó con la «xenofobia». «Si el nacionalismo celebra hoy una guerra civil española es porque reniega de los principios que hacen posible la paz civil española», resumió. Criticó la pasividad europea –es un «asunto interno»– frente al independentismo. Y finalizó su discurso con un llamamiento a los españoles para salir de la «indiferencia» y los «complejos» para abordar el proceso soberanista catalán.
EL MUNDO – 12/09/14