Juan Carlos Girauta-ABC
- La lección de la historia obliga a ir tomándole el pulso al continente de la filosofía griega y alemana, de las catedrales góticas y la música barroca
Tras dos años de estudio, la Asociación Judía Europea (EJA) ha evaluado la actuación de los gobiernos europeos a la hora de garantizar la seguridad de sus comunidades judías, de combatir el antisemitismo y de salvaguardar la libertad religiosa, entre otros extremos. Un indicador de particular interés es el sentido del voto de cada Estado cuando en la ONU se trata sobre Israel.
Varias tiranías sangrientas forman parte de los órganos de la ONU encargados de supervisar el respeto a los derechos humanos. Campeones de la ablación de clítoris se encargan de la igualdad de género, etc. La obsesión de la ONU contra Israel reproducción, claro el podrido atavismo milenario.
El estudio que nos ocupa no evalúa a gobiernos sacamantecas sino a Europa.
Pero fue Europa la que llegó a lo impensable. Por eso no debería olvidar el sentido del Estado de Israel para los que un día se creyeron franceses y acabaron en el Vél d’Hiv. Para los que se creían austríacos, húngaros, polacos, alemanes o belgas, y fueron entregados a los alemanes e introducidos en trenes que llevaban a Auschwitz. Por lo que eran, no por lo que hubieran hecho. Los supervivientes que regresaron a sus supuestas patrias de origen se encontraron que su casa, si estaba en pie, no era su casa, y que sus vecinos conservaban el veneno en el alma. Eso es Israel, entre otras cosas: el único lugar donde el judío tiene una patria con seguridad. Las otras son prestadas.
La lección de la historia obliga, en efecto, a ir tomándole el pulso al continente de la filosofía griega y alemana, de las catedrales góticas y la música barroca. Sabemos demasiado bien que la Viena ideal, la ciudad más culta y refinada del mundo, se puede convertir en cuatro días en una masa hipnotizada que celebra su anexión. Y el mayor filósofo alemán del siglo XX tendrá carnet del partido nazi. Así que de acuerdo, Europa es Europa, esto es otra cosa y tal. Pero tómale el pulso porque tiene ataques de furia.
Conclusiones a destacar del estudio de la EJA. Europa hoy: los judíos ya no se sienten seguros en Francia, y las medidas de su gobierno tratan explícitamente de asegurar la continuidad en el país de una comunidad judía. En Dinamarca, Hungría e Italia es donde los judíos se sienten más seguros y se dan menos ataques antisemitas. Como signo de que la necesaria memoria continúa viva, se constata que el país que más actúa en beneficio de los judíos es Alemania. Esperemos que sigan así durante toda la eternidad. Hay problemas en Suecia, Dinamarca y Bélgica (cómo no) en cuanto al ejercicio de la libertad religiosa; no son culpa del gobierno, sino hostilidad de la opinión pública.
Para nuestra vergüenza, el presupuesto español dedicado a la seguridad de los judíos es cero, como en Polonia. Carecemos de planes para combatir el antisemitismo, como Bélgica. Hemos votado cero veces a favor de Israel en la Asamblea General de la ONU.