Hoy, jueves, entra en vigor la reforma del Código Penal que elimina el delito de sedición y rebaja la malversación y que ha empezado ya a provocar las primeras dudas en la Audiencia Nacional por su posible impacto en las grandes causas de corrupción. Con la desaparición del Código Penal de uno de los delitos que cometieron los condenados en el ‘procés’ (sedición) y la rebaja de la malversación, tanto Pablo Llarena como Manuel Marchena deberán resetearse.
El Código Penal se ha reescrito, porque lo necesitaba Pedro Sánchez para asegurarse el apoyo de sus socios secesionistas y la rebaja de la malversación facilita que los condenados puedan pedir su absolución. De hecho, ellos quieren que se extinga su responsabilidad penal y las penas de inhabilitación. Que la Justicia vuelva a pasar los deberes a limpio porque las cosas han cambiado desde el pasado 22 de diciembre, cuando el Senado aprobó, con la ayuda de ERC, PNV y Bildu, entre otros, la reforma exprés del Gobierno. No se conforman con que no se aplique el principio de retroactividad de la ley penal más favorable al reo. No. Quieren una nueva condena absolutoria. En fin, que no existieron delitos contra la Constitución. Y aquí paz, y después independencia. Condenados. Indultados ¿Rehabilitados? No es suficiente: absueltos, inocentes.
El juez Pablo Llarena tendrá que adaptar su auto de procesamiento a la nueva regulación, para ver cómo afecta la reforma a los que eludieron la justicia. Y el presidente de la sala Segunda del TS, Manuel Marchena, deberá revisar la sentencia del ‘procés’. En el caso de los prófugos, no se puede mantener una orden de búsqueda y captura a partir de un delito que acaba de ser derogado. Es la nueva realidad jurídica que ha diseñado Pedro Sánchez. En cuanto a los que se sometieron a juicio, el indulto no les extinguió la condena en lo referente a su inhabilitación ¿Cómo afecta la reforma? Si se considera que la malversación no tiene cabida en los tipos atenuados, Junqueras se queda como estaba. Si se interpreta lo contrario, se dará por extinguida la pena. Y Junqueras, candidato ‘forever’.
Con Conde-Pumpido recién elegido presidente del Tribunal Constitucional, Sánchez respira aliviado. La vicepresidencia también pertenece a su club. Se rompe la regla no escrita de que los dos cargos deban ser elegidos entre los magistrados de mayor antigüedad. Pero todo se cambia con Sánchez. Conde Pumpido es tan buen profesional de la magistratura como magnífico peón de los gobiernos socialistas. Ahora que todos recuerdan su referencia a la necesidad de «mancharse las togas con el polvo del camino», conviene rescatar el episodio en el que el fiscal de la Audiencia Nacional pidió prisión incondicional para Otegi y éste reaccionó diciendo: «¿Esto lo sabe Conde-Pumpido?
Ayer, en su primer discurso sentenció que la Constitución no permite la secesión. Bien. Eso ya lo saben los secesionistas. ¿Ha terminado el ‘procés’? Para Sánchez, sí. Para sus socios, no. Las concesiones seguirán. El referéndum de autodeterminación espera su turno.