Miquel Giménez-Vozpópuli
- Alba Vergés ha dicho en el Parlament “Se me han inflado los ovarios”. Sin anestesia.
Se veía venir. Esquerra es un partido en el cual, si bien no existe la corrupción de los neoconvergentes, los asuntos relacionados con el refocile suelen aparecer cual lagunas de Ruidera. Que si uno dimite por un escándalo con menores por internet, que si otro aconseja a un conmilitón que elija siempre a la que tenga las tetas más grandes, en fin, que los republicanos van muy sueltos en lo que respecta al repertorio erótico festivo. Herencia señera de los amoríos de Companys, al que recientes investigaciones apuntan como instigador del asesinato de los hermanos Badía por ser uno de estos amante de la querida oficial del president, Carme Ballester, o de Joan Casanovas, a la sazón presidente del parlamento catalán, con la cupletista Margarita Carvajal, “La Mayata”. Esquerra, siempre pionera.
Por eso no me ha pillado a contrapié que la señora Vergés haya subido al atril para decir que se le han hinchado los ovarios. Grosero, sí, ordinario, sí, impropio de un cargo público, sí, pero inesperado, no. Estas gentes acuden a las partes pudendas cuando agotan su repertorio de mentiras y demagogia. En España se habla e injuria como en ningún otro lugar de Europa, créanme, con una riqueza en el adjetivo y una liberalidad sin parangón en el uso de la metáfora. Como Cataluña es España, el catalán tira de vulgaridad cuando se cabrea. Y Vergés estaba cabreada, vaya si lo estaba.
Resulta que el diputado de Ciudadanos en el Parlament, el doctor Jorge Soler, la enerva y mucho, por lo que se conoce. Vergés, que sabe de medicina lo que servidor de natación sincronizada, afeó al médico justamente que lo fuera. “Como usted es médico – léase con acento redicho e inquina – debe creerse mejor que mucha gente, el clásico clasismo rancio, y usted hace bandera de sus conocimientos médicos”. Ya se comprende que una consellera que pasa las del beri antes de comparecer públicamente y se agita exigiendo a sus colaboradores que le preparen papeles “Pero con frases sencillas, ¿eh?”, debe aturullarse ante un señor que tiene la carrera quizá más difícil de obtener.
Precisemos que Vergés es licenciada en economía e ingeniería técnica y que su relación con el mundo sanitario se circunscribe a cuando trabajaba como responsable de administración, contabilidad y finanzas del Consorcio Socio Sanitario de Igualada. Donde va a compararse un médico con eso. Que no sabe de medicina la consellera es tan palpable como que tampoco sabe de gestión. O quizá sí, pues no pocas entidades del sector denunciaron el contrato suscrito con Ferrovial por importe de 17 millones de euros para el sistema de rastreo por contagios, contrato que tuvo que rescindirse finalmente. En fin, sigamos.
Gran prestigio profesional y académico
Continuó Vergés afeando al diputado: “Usted debe feminizarse”. Lo de menos es que, además de licenciado en medicina, tenga un doctorado por su tesis “Inmigración en Lérida: estado de salud, incapacidades laborales, farmacia y utilización de servicios sanitarios”, haya sido vicedecano y jefe de estudios de la Facultad de Medicina leridana, posea numerosos premios o haya publicado varios libros y más de sesenta artículos científicos. Rancio, clasista y machista. Ah, y ha de feminizarse.
El doctor Soler, que produce inflamación de ovarios en la consellera, se ve reprochado por esta: “No sabe trabajar en equipo y cree que con sus conocimientos científicos y médicos lo haría mejor”. Pues claro que sí. Ese es el asunto, de ahí la hinchazón. Cuando la ignorancia se enfrenta al saber, acaba siempre acudiendo a la ordinariez, al aparato reproductor o a mentar antepasados porque su intelecto no alberga más que juramentos de carretero.
Rogaría al doctor Soler que no enfade a la consellera. Unos ovarios hinchados pueden tener efectos secundarios terribles. Estoy seguro de que su conciencia no le permitiría vivir con tamaña carga. Entienda, esta señora es del partido de Rufián, ayuno de oficio, que no de beneficio. Pero si me pusiera enfermo en sede parlamentaria, que me atienda el doctor Soler y se abstenga la consellera. Es cuestión de conocimientos.