Los palmeros del PNV

ABC 13/01/14
FÉLIX MADERO

· ¿Veremos alguna vez, otra vez, un Gobierno de España con la colaboración del PNV y CiU? ¿Moderados y demócratas? Ya

Hay quien sostiene con acierto que los partidos una vez que han renunciado a funcionar democráticamente, convertidos en una factoría para la suma de los votos, transformados en aparatos que exigen lealtad perruna a sus cargos, lo único que les falta es suicidarse. Bien es verdad que algunos, como el PNV, se esmeran antes en tocar las palmas a aquellos que terminarán con ellos. Bobos e imprudentes. Alrededor de los grandes partidos orbitan otras formaciones más o menos nacionales como UPyD e IU, aunque no sé muy bien cómo calificar a un partido con más franquicias que los «100 montaditos». Completan el mapa dos grandes partidos nacionalistas antaño moderados y lejos de la vesania política que ahora gastan. Son CiU y PNV las dos formaciones que con más afán se trabajan el desgaste y la derrota, abducidos por otras formaciones que asumen lo que dicen por muy estrafalario que parezca. Lo que dicen es lo que son. Y lo que quieren ser es también lo que sueñan. Su claridad es muy rentable a la hora de que les voten. Pasa en ERC, que engorda por los errores de Artur Mas y los del intermitente Duran i Lleida, un político que podría haber nacido en Galicia para cumplir con el tópico de que no se sabe muy bien qué quiere decir cuando dice lo que luego matiza o niega. Ahí están, los dos a medio camino hacia el infinito.

El caso del PNV, y su facilidad para complicar las cosas, es similar. Quizá más grave, porque el error de Mas podría cundir en el ejemplo, pero no. Es un hecho que CiU está atrapada por ERC, y al PNV puede sucederle lo mismo con esa maraña de siniestras siglas que son Bildu/Sortu/Amaiur. Cien mil personas en una manifestación son muchas, para qué engañarnos. Por eso prefieren la calle, caminar al lado de aquellos que dan vivas a ETA, ejercer de palmeros de aquellos que siguen con eso de consolidar la paz y terminar con el conflicto. La misma pancarta que pasearon el sábado es un insulto para los muertos asesinados. Tenía la esperanza de que lo entendieran esos a los que dimos en llamar nacionalistas moderados. Sucede que los de Urkullu no gastan zarcillos en las orejas, y poco más. Les separa la estética. Les une una cierta forma de moral. O la falta de ella. Hace falta poca memoria para caminar detrás de una pancarta que pide «Derechos humanos, acuerdo, paz». Es una triste pena que no vayan a los cementerios donde están los niños, las embarazadas, los militares, policías y guardias civiles, trabajadores y políticos y les hablen de paz, derechos humanos y acuerdos.

Mas y Urkullu pueden hacer con sus formaciones lo que deseen, o mejor dicho lo que les dejan, que en estos lances nadie se suicida solo. Los demás a ver si aprendemos. ¿Veremos alguna vez un Gobierno de España con la colaboración del PNV y CiU? Las voliciones de la política infame no engañan. Solo falta que lo queramos ver. ¿Moderados y demócratas? Ya.