Los posibilistas ganan poder frente a los violentos

Es una incógnita cómo interiorizará ETA el éxito electoral de Bildu, con su tregua en vigor e inmersa desde hace meses en un proceso de reflexión. ETA podría sentir la tentación de arrogarse la victoria, ya que ella diseñó un pacto con EA. Los presos podrían quedarse a la espera de ver la evolución de Bildu, en vez de buscar salidas personales.

«La clave estará en el comunicado en el que ETA interprete los resultados electorales», asegura un responsable de las fuerzas de seguridad a la hora de evaluar el impacto que provoque el éxito de Bildu en la estrategia de la banda. Una de las incógnitas principales es cómo interiorizará la organización terrorista el balance del 22-M en un momento en el que mantiene en vigor su declaración de tregua y está inmersa desde hace meses en un proceso de reflexión.

Según las fuentes consultadas, un punto importante en este asunto es la manera en la que se gestó el proyecto de creación de Bildu y que, en la práctica, supuso que la izquierda abertzale tradicional no siguiera las consignas de la banda y diera los pasos necesarios para regresar a las elecciones. El ejemplo más claro se encuentra a comienzos de 2010, cuando los sectores posibilistas consiguieron marginar la denominada ponencia ‘Mugarri’ en el debate interno de la izquierda radical, pese a que contaba con el apoyo de la banda.

Las distintas fuentes consultadas aseguran que los resultados de Bildu suponen un respaldo a las tesis de la formación política frente a los miembros de la banda. Pero algunos analistas van más allá. «Lo que hay que preguntarse es: ¿Quién tiene la fuerza?», explican. Según este punto de vista, mientras ETA está acosada por las fuerzas de seguridad, con una debilidad cada vez más aguda y reducida a medio centenar de activistas prácticamente en constante fuga por Francia, Bildu ha conseguido un millar de ediles, así como una influencia política sin precedentes, ya que los resultados superan incluso los obtenidos en 1999 durante la tregua de Lizarra.

En ese contexto, los expertos creen que si la izquierda abertzale había contemporizado en algunas ocasiones a la hora de lanzar mensajes a la banda, los resultados electorales le permitirán intentar imponer sus discursos. Las fuentes consultadas calculan que cualquier hipotética decisión de ETA sobre un eventual regreso a la violencia y la coacción a medio plazo se vería afectada por las elecciones.

La victoria de Bildu, sostienen, retrasará cualquier posibilidad de retorno a la violencia. Y por el contrario, los sectores más partidarios del fin de la lucha armada contarán con argumentos de peso, como la posibilidad de conseguir desde las instituciones lo que no alcanzaban con las armas.

En algunos sectores se especulaba ayer con la posibilidad de que los terroristas intenten arrogarse la victoria, ya que ellos mismos plantearon en su día una alianza electoral de Batasuna con EA. Incluso, la organización reprendió al partido ilegalizado por no establecer esa alianza en las pasadas elecciones europeas y, en cambio, haber pedido el voto para Iniciativa Internacionalista, según figura en los documentos de ‘Bateragune’ incluidos en los autos judiciales de octubre de 2009 sobre la refundación de Batasuna.

En estos textos se dibuja un escenario en el que la izquierda radical se encargaría de liderar un ‘Lizarra 2’ -sin el PNV- y con los mismos objetivos soberanistas. En cualquier caso, los expertos aseguran que poner en marcha esta estrategia no sería posible con violencia, por lo que los sectores posibilistas también impondrían su mensaje.

Vías individuales

Uno de los posibles efectos colaterales de la victoria de Bildu será su afección sobre la política penitenciaria del Gobierno de Zapatero. Según las fuentes consultadas, hasta el momento la debilidad de ETA y la ilegalización de Batasuna habían creado una situación propicia para que algunos presos etarras buscaran salidas individuales.

Esta circunstancia la aprovechó el Ejecutivo central para poner en marcha una estrategia de acercamiento a las prisiones del País Vasco de aquellos internos reacios a la doctrina de la banda y fomentar las salidas jurídicas de los ‘arrepentidos’; es decir, conceder beneficios penitenciarios a aquellos reclusos que rechazan a ETA, piden perdón a las víctimas y aceptan resarcirles económicamente. En las prisiones, sin embargo, el núcleo mayoritario de presos lo constituyen todavía quienes se mantienen a la espera y, pese a rechazar la lucha armada, no estan dispuestos a romper con la disciplina de la banda y prefieren aguardar a cambios politicos o de la propia ETA.

Según las fuentes consultadas, la victoria de Bildu implicará que aumente el número de internos que actúe con estas cautelas y no dé paso alguno hasta saber qué derroteros va a tomar la política vasca. «Si alguien estaba meditando buscar su propia vía, con estos resultados preferirá sentarse a esperar», resumía ayer un conocedor de la situación.


LAS CLAVES

‘LIZARRA 2’
ETA podría sentir la tentación de arrogarse la victoria, ya que ella diseñó un pacto con EA

FRENTE A FRENTE
La tesis política tiene en este momento mucha más fuerza que la de los violentos

PRESOS
Los reclusos etarras, en vez de adoptar salidas personales, podrían quedarse a la espera de ver la evolución de Bildu.

EL CORREO, 24/5/2011