Los riesgos que corre Rivera

EL MUNDO – 09/03/16 – VICTORIA PREGO

· Ciudadanos ha decidido escabullirse del abrazo del oso con que le amenazaba Pedro Sánchez con esa afirmación de que él cuenta con 131 escaños e intenta escaparse por la tangente haciendo dos movimientos, uno de ellos muy arriesgado. El primero es empezar a decir, eso hizo ayer, que en el acuerdo firmado con el PSOE no consta en ningún sitio el nombre del candidato a la presidencia. Eso es tanto como insinuarle a Pedro Sánchez que su aspiración de ocupar La Moncloa es de momento una ilusión que Ciudadanos le podría dinamitar a poco que se le ofrezca la posibilidad de triunfar en su segundo movimiento.

Pero éste, que ha llevado a Albert Rivera a llamar a los cuadros del PP a la rebelión contra Mariano Rajoy, es más peligroso. La apuesta del líder de Ciudadanos tiene poco de creíble porque hasta hace nada estaba ofreciendo la mano a Rajoy para llegar a un acuerdo. Pero desde la fracasada sesión de investidura, le ataca con cada vez mayor agresividad. Ayer dijo que un acuerdo con Rajoy es «imposible» pero que «si ponemos a otro ya cambia todo».

Veamos: todo cambiaría si los militantes del PP, en pleno tiempo de negociaciones para un acuerdo de gobierno en el que ese partido ha estado excluido hasta ayer mismo por el socio de Ciudadanos, se levantaran en rebelión y pusieran «a otro» al frente de la formación. Parece que no importa a quién, no importa que sea un miembro del equipo del presidente, no importa qué responsabilidad haya tenido al frente del partido. Basta con que no sea Rajoy.

Sólo con examinarla de cerca se aprecia lo inverosímil de la propuesta y lo endeble de su fundamento. Por otra parte, es seguro que, en el caso improbabilísimo de que el PP cometiera la gigantesca debilidad de hacerle caso, ese partido caería en un estado de despiste y descomposición que le dejaría fuera de combate para mucho tiempo.

Por lo tanto, y dado que Albert Rivera es un político inteligente, hay que buscarle otros pies al gato además de los cuatro que enseña. Y esos otros pies no pueden ser más que el intento del líder de Ciudadanos de dejar bien sentado que él está ahí y que, a pesar de que sus 40 escaños no son imprescindibles para que el PSOE cerrara un acuerdo por la derecha o por la izquierda, su partido sí resulta un convidado inexcusable para conformar un pacto de gobierno con la garantía de la regeneración. Y ésa es su apuesta, evitar la irrelevancia.

Pero Rivera debe tener buen cuidado en no cargar la suerte porque puede encontrarse con que, en unas hipotéticas elecciones repetidas, los votantes del PP que le otorgaron a él su voto se lo retiren después de haber presenciado el acoso a que está sometiendo al líder popular y sientan traicionadas sus esperanzas políticas. Entonces su fuerza disminuiría. Está arriesgando mucho el jefe de C’s con su nueva estrategia. Puede que demasiado.

EL MUNDO – 09/03/16 – VICTORIA PREGO