Había precedentes

Es inevitable albergar una severa desconfianza sobre las capacidades intelectuales de los votantes socialistas al ver que tantos años después de que Zapatero le entregase los trastos a Rubalcaba: toma, torea tú las elecciones que a mí me da la risa, ha vuelto al ruedo ibérico este cantamañanas, que ahora ejerce de líder internacional al servicio del narco venezolano. Recordemos que al término de su primera legislatura presidencial, en septiembre de 2007, hizo balance de la misma en términos económicos con una metáfora futbolística: «En esta Champions League de las economías mundiales, España es la que más partidos gana, la que más goles marca y la menos goleada». Quizá por eso se creció y en el cartel electoral de marzo de 2008 apareció él con la sonrisa más lerda que tenía y un lema que rezaba: ‘Por el pleno empleo. Motivos para creer’. Al terminar su mandato en 2011, el paro había aumentado en 2.700.000 personas desde que él llegó al poder. Eurostat cifraba el paro juvenil de España en el 43,6%, lo que nos hacía líderes en Europa y en la OCDE. El Real Madrid o el PSG.

El socialista que desgobierna ahora predice con tino parecido el estado de la cuestión. Recordarán que Pedro Sánchez dijo el año pasado: “¿eso quiere decir que la Economía española va bien? No, eso quiere decir que la Economía española va como una moto”. No era la Champions, sino Ángel Nieto. Ahora somos campeones de MotoGP en paro juvenil. En enero de 2023 éramos los segundos detrás de Grecia, a 5,2 puntos. En enero del 24 los hemos sobrepasado: ya somos campeones con 28,6% mientras Grecia lo había reducido hasta el 22,9%. En paro femenino, España empata con Grecia a la cabeza de los 28 países de la Unión: también hemos ganado el campeonato mundial, doblando la media de la Unión Europea, 6,8%, con un 13,2%.

Las cifras de Sánchez, sin embargo, son dudosas. Su ministra de Trabajo se ha revelado como una artista del camuflaje y ha escondido un número indeterminado de parados bajo el rótulo de ‘fijos discontinuos’. Son aproximadamente 800.000, pero no hay certeza porque ella se niega a dar cifras. Puede ser que no lo sepa, que haya puesto en marcha una artimaña que ella misma no sabe interpretar. Esta criatura se mueve dentro de la lógica borrosa, en los números y también en los conceptos, en las letras. Tengo yo para no olvidar cuando le pedía sopitas a Escrivá en una rueda de prensa para explicar lo que era un ERTE: “A ver si entre los dos somos capaces de explicarlo, José Luis”.

Cualquiera que haya seguido con una mínima atención sus ocurrencias ha tenido decenas, quizá centenares de ocasiones para llegar a la conclusión palmaria de que es más corta que la banqueta de ordeñar, pero los socialistas han preferido hacerse los distraídos hasta que sus tonterías han tenido consecuencias políticas.

Solo Pedro Sánchez, con sus extraordinarias dotes de ‘head hunter’ podía tener dos socios como Pablo Iglesias y Yolanda Díaz y creer, que ante el insomnio sufrido en sus propias carnes, por su alianza con el tabernero, podía usar a Yolanda para deshacerse de Iglesias. Ella ha permitido que los comunes hayan contribuido al adelanto electoral en Cataluña al negar los presupuestos al pequeño Aragonés y boicotear también las cuentas al socialista Collboni en Barcelona.

«Yolanda ya no es la figura poderosa que era», dicen ahora los sociatas. Nunca lo ha sido. Hacía falta ser tontos para no haberse dado cuenta hasta ahora.