Del Blog de Santiago González
Uno que va a más es Pablo Echeminga: “Hoy Felipe IV (sic) pedirá unidad y quizás diga que la monarquía representa de hecho la unidad del país. Pero los datos dicen todo lo contrario. La monarquía divide a los votantes de izquierdas y derechas, a las generaciones y a los territorios. La monarquía no es unidad, es división. Esta pobre criatura dice de sí misma que es científico y no sabe la diferencia entre poner el palito antes y después de la V al escribir los números romanos. En el caso de Perfectus Detritus, las paridas siempre a pares: “Si Vox hubiera gobernado en Belén hace 2020 años habrían llamado okupas y echado a patadas del pesebre a María, José y al niño Jesús y habrían llamado ilegales a Melchor, Gaspar y Baltasar”. ¿Tenemos o no tenemos aquí un presidente de nuestra república? Recuerda cuando cantaba aquello de Echeminga, Dominga que vengo de Francia, mientras el hijo del frapero y los demás daban palmadas en la mesa y gritaban: “presidente, presidente”. Y hay precedentes. Franklin Delano Roosevelt fue el único presidente de EEUU que empalmó tres legislaturas y también iba en silla de ruedas, como este.
Y donde caben dos caben tres. Echenique, nique, nique, demostró que el nexo entre los dos socios del Gobierno es la afinidad geográfica. Ya habíamos citado aquí que el doctor Sánchez había citado a Cádiz y Almería como provincias limítrofes en una rueda de prensa el pasado mes de abril. Pero no es original. Echeminga lo había hecho antes, durante la campaña de las últimas elecciones generales, en la que dijo que Zaragoza, circunscripción por la que se presentaba, limitaba con Albacete.
Tambioén prometen mucho las Juventudes Socialistas de Madrid. Puede que los haya más jóvenes, pero no más tonnntos. Resulta que la semana pasada organizaron una mesa redonda bajo el sugerente título de ‘La menstruación es política’. Ha colaborado en el invento la Asociación ‘AMBA. Menstruación Digna’, que se propone, con iniciativas como ésta, “romper con los estigmas de toda tradición patriarcal”, clamar contra la pobreza menstrual. Y contra la indignidad, claro: “Menstruar dignamente no está al alcance de todas las mujeres”.
Yo creo que va siendo hora de que la ninistra de Igualdá haga suyo el tema e invierta la parte que le toque de los fondos europeos en una campaña ‘Por una menstruación digna para todos y todas, ya’ y metidos en gastos reivindique para las mujeres un elemento de desigualdad que aún tienen los varones a su favor: “Por el derecho a la eyaculación precoz. Por nosotras. Por la igualdad”.
La víspera de Nochebuena, Iñigo Errejón propuso una alternativa vistosa al discurso real: «Quizás este año lo más representativo sería que el discurso de Nochebuena lo diese una trabajadora sanitaria». O un becario de la Universidad de Málaga.
José Luis Ábalos, el Torrente del sanchismo, decía el domingo: “El Gobierno tiene la obligación legal de tramitar los indultos y la obligación moral de aliviar tensiones que puedan dañar la convivencia”. Andrés Lorite preguntaba en Twitter si el ministro de Transportes tiene algún tipo de ‘obligación moral’ con los camioneros españoles que siguen atrapados en el Reino Unido. Por otra parte, lo de aliviar las tensiones parece el anuncio de una casa de masajes con final feliz.
Muy a menudo, la tonnntería va estrechamente unida a la vileza. Fíjense, por ejemplo en este Andreu Monrós, que se definía en Twitter: “La primera persona vacunada en Cataluña, ni es catalana ni habla catalán. Llámenme racista y xenófobo, pero como país tendríamos que hacérnoslo mirar”.
La serie El Cid, después de la contrapropaganda hecha por el actor protagonista, Jaime Lorente: “que se preparen las derechas cuando vean ‘El Cid’”, ahora es la productora la que parece empeñada en hacer polvo las taquillas. El anuncio muestra a Alicia Sanz, la actriz que encarna a Doña Urraca, diciendo: “Dicen que solo soy una mujer. Que como mujer puedo ser amada, pero no amante; puedo ser monja pero no Papa; puedo dar vida, pero solo si estoy casada. Yo soy Urraca, hija de Reyes y no me resigno a vivir una vida marcada por hombres. Quieren que mi nombre se olvide en la historia, pero no sucederá. Juro que si en esta vida no consigo ser reina volveré encarnada en millones de nosotras. Yo abriré un camino por el que transitaremos todas, porque yo soy Urraca”. Llama la atención el agravio, porque el personaje fue reina de León, Urraca I (bueno, décimotercera si lee esto Echeminga). Cuanta estupidez, Señor.
El papel de Urraca y su discurso le habría venido al pelo a la ninistra de Igualdá. Al fin y al cabo ya tiene avanzado algo, que es marquesa. Este finde me han llegado dos videos: uno en el que dice que no ha hecho nunca la declaración de la renta, lo que movía la perplejidad de Froilán I de España en Twitter: “Maneja un presupuesto de 451 millones y no ha hecho nunca la declaración de la renta”.
Hay otro video más explícito de este portento de incultura humana que es la marquesa de Galapagar. Con su niña en brazos habla muy desenvuelta de las series que tienen entretenida a la pareja. El video es de hace meses a juzgar por el tamaño de la niña. “No había desvelado que estoy viendo una nueva serie que es la hostia. (sic, son sus palabras) Hay varias series que son iguales, porque debe de ser una moda que se está instalando en el mundo, o sea con el mismo argumento: un cadáver en la frontera, pero en distintos países. Es un asesino político. Su leit motiv es demostrar la injusticia del mundo”. Otro que pertenece a la aristocracia del crimen político, como dijo Cayetana de su novio. La ninistra no sabía con qué país se comunicaba Dinamarca, “voy a quedar como una ignorante”, decía ella misma y no le quitaré yo la razón. Analfabeta funcional como la definió Federico y dieron por bueno los tribunales. Conste que no hay en esto animus injuriandi; solo propósitos definitorios. Era con Suecia, criatura, el estrecho de Kattegat y dentro de este, el puente-túnel de Øresund que comunica Copenhague con la ciudad sueca de Malmö.