FERNANDO REINARES y CAROLA GARCÍA-CALVO / REALINSTITUTOELCANO.ORG, 28/06/13
· Resumen
Los yihadistas en España son varones entre 25 y 39 años, aunque cada vez más jóvenes. En su mayoría casados y con hijos. Ocho de cada 10, extranjeros, principalmente de nacionalidad argelina, marroquí y paquistaní. Hasta ahora, sólo un 4,8% ha nacido en España. Tanto su nivel educativo como sus ocupaciones denotan una considerable diversidad. Dos de cada 10 contaban con antecedentes penales en nuestro país por delitos distintos a los terroristas. Tienden a concentrarse en la Comunidad de Madrid y en Cataluña, que se ha convertido en ámbito destacado de la presencia yihadista, así como a lo largo del litoral mediterráneo. La emergencia de segundas generaciones, descendientes de inmigrantes procedentes de países islámicos, advierte de un incremento en el potencial de terrorismo yihadista autóctono (homegrown terrorism). Urge que en España se implemente un plan de prevención de la radicalización asociada a ese terrorismo.
· Introducción
Desde 1996, año en que fue condenado en España el primer individuo detenido por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista, hasta finales de 2012, lo han sido otros 77 más. A ellos hay que añadir seis muertos en el acto de terrorismo suicida ocurrido en Leganés el 3 de abril de 2004 –el séptimo había sido condenado por delitos de terrorismo yihadista en 2000–. En total, pues, son 84 los yihadistas condenados o fallecidos en nuestro país entre 1996 y 2012. Para conocer cuál es su caracterización sociodemográfica y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo, hemos recopilado, introducido en una base de datos y tratado estadísticamente información sobre variables relevantes para cada uno de esos individuos. Estas variables incluyen sexo, edad en el momento de la detención o de la inmolación, estado civil, situación administrativa, nacionalidad, país de nacimiento, nivel educativo, ocupación, antecedentes penales y localización en la geografía española.
Nuestra fuente han sido, sobre todo, los sumarios incoados en la Audiencia Nacional, a lo largo de casi dos décadas, por delitos asociados a esa expresión del fenómeno terrorista. Si bien han quedado excluidos los sujetos penados en esos procedimientos judiciales que no eran yihadistas. Asimismo, la investigación se ha beneficiado de entrevistas adicionales con expertos en terrorismo internacional tanto del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil como del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA). En la presentación de los resultados hemos utilizado, a fin de contar con una perspectiva comparada, datos referidos a condenados y muertos por similares actividades de terrorismo yihadista en el Reino Unido entre 1999 y 2009. Asimismo, cuando ha sido posible, hemos contrastado nuestros hallazgos con obtenidos con los de otros estudios empíricos sobre yihadistas en países occidentales. ¿Cómo son, pues, los yihadistas en España?
· Conclusión: A los yihadistas en España les ha caracterizado, desde mediada la década de los 90 hasta el presente, ser varones, tres cuartas partes de los cuales contaban con entre 25 y 39 años cuando fueron detenidos o perdieron la vida. En su mayoría estaban casados y tenían hijos. Ocho de cada 10 eran extranjeros. Sobresalen, en conjunto, los de nacionalidad argelina y marroquí. Sólo un 4,8% había nacido en España. Su nivel educativo es diverso, pues hay casi tantos individuos sin educación reglada como con estudios universitarios. Respecto a sus ocupaciones, que igualmente son variadas, llama la atención que uno de cada cuatro no tuviese alguna conocida. El 22,2% contaba con antecedentes penales en nuestro país por delitos distintos a los terroristas. Siete de cada 10 se localizaban, casi a partes iguales, en la Comunidad de Madrid o en Cataluña.
Si distinguimos entre dos períodos de tiempo, de 1995 a 2003 por una parte y de 2004 a 2012 por otra, los datos sobre la evolución del perfil sociodemográfico de los yihadistas en España advierten de que crece considerablemente el porcentaje de los individuos con menos de 30 años y el de extranjeros, en particular de marroquíes y paquistaníes. Se observa asimismo un progresivo deterioro en el nivel educativo y una propensión al incremento de los porcentajes correspondientes tanto a quienes desarrollan ocupaciones laborales de baja o ninguna cualificación como a los que, antes de implicarse en actividades de terrorismo yihadista, habían sido condenados por delitos de criminalidad ordinaria. Finalmente, mientras que la presencia yihadista en Madrid se mantiene sin aparentes variaciones, Cataluña se convierte un foco cada vez más destacado de la misma.
Ahora bien estas tendencias deben ser matizadas, respecto a una serie de variables entre las que se incluyen la edad, la situación administrativa, la nacionalidad, el nivel educativo y la ocupación, por ejemplo, debido al hecho de que en España están emergiendo en número considerable las segundas generaciones, descendientes de inmigrantes procedentes de países con sociedades mayoritariamente musulmanas. En este sentido y a la luz de experiencias como la del Reino Unido, donde determinados segmentos de esas segundas generaciones se han mostrado especialmente vulnerables a la incidencia de los procesos de radicalización yihadista, puede afirmarse que España se encuentra ya traspasando el umbral más allá del cual se genera un apreciable potencial de terrorismo yihadista de cariz autóctono (homegrown terrorism), añadido al que existe en Ceuta y Melilla. De aquí la urgencia de implementar en nuestro país un adecuado plan de prevención de la radicalización asociada a esa expresión del fenómeno terrorista.
Fernando Reinares
Investigador principal de Terrorismo Internacional, Real Instituto Elcano
Carola García-Calvo
Ayudante de investigación, Real Instituto Elcano