ABC 18/02/15
· La ONU, asociaciones de derechos humanos y numerosos dirigentes piden la liberación de López, vejado y aislado en una celda de una cárcel militar
Hoy hace un año que el opositor venezolano Leopoldo López se entregó voluntariamente a la policía militarizada, tras ser acusado de instigar a la violencia en las protestas masivas que pedían una salida pacífica al gobierno de Nicolás Maduro. Las imágenes de ese día, en las que se veía al líder de Voluntad Popular forzado a entrar en una tanqueta de la Guardia Nacional rodeado de manifestantes, dieron la vuelta al mundo. López acababa de dirigirse a sus seguidores, a quienes aseguró que se entregaba a una «Justicia injusta y corrupta» pese a su inocencia.
Un año después de afirmar que su encarcelamiento «valdrá la pena» si sirve para «un despertar del pueblo» y «construir un cambio», López sigue recluido en la prisión militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas. Desde el pasado viernes en una celda de castigo («tigrito» en la jerga carcelaria). Y Venezuela continúa inmersa en una de las peores crisis económica, social, política e institucional de los últimos tiempos en este país rico en petróleo, pero con una tasa de inflación del 68,5% a finales de 2014 y largas colas junto a los comercios por un desabastecimiento ya crónico.
Durante todo este tiempo, el gobierno venezolano ha desoído las numerosas peticiones, tanto de Naciones Unidas como de líderes mundiales como Obama o Rajoy, para que libere a quien Amnistía Internacional considera un preso de conciencia. Leopoldo López ha sido sometido a un vaivén de audiencias judiciales, en las que no se han aceptado las pruebas de la defensa. Su juicio «ha sufrido numerosísimas recesiones, lo que corrobora la sospecha, tanto en Venezuela como a nivel internacional, de las posibles violaciones a los derechos humanos que se están cometiendo en el país, entre estos el derecho a un juicio justo, a ser oído o a la presunción de inocencia», señala un exhaustivo informe elaborado por la oposición sobre las ilegalidades cometidas por Caracas en el caso de López, al que ha tenido acceso ABC.
Muy popular
Leopoldo López –uno de los políticos más populares de Venezuela, inhabilitado para ejercer cargos públicos– fue detenido seis días después de que una protesta de la oposición acabara con tres muertos tras la represión de las autoridades. El mismo 12 de febrero un tribunal de Caracas dictó una orden de captura contra el exalcalde del municipio caraqueño de Chacao, que fue acusado de homicidio y terrorismo, entre otros delitos. En una audiencia posterior se eliminaron estos cargos y formalmente se le acusó de instigación, daños a la propiedad, incendio y asociación para delinquir, por los que podría ser condenado hasta a diez años. López es señalado por el chavismo como «autor intelectual» de las multitudinarias protestas que terminaron con 43 muertos, cerca de mil heridos y cientos de detenidos.
El Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU denunció el pasado octubre el arresto «arbitrario» de Leopoldo López y exigía su «inmediata liberación». A su juicio, en su detención hubo «discriminación» y se basó en sus «opciones y opiniones políticas». Dos meses después, el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas ordenó la excarcelación de «todos los presos po-