Sare, ese invento en favor de los terroristas que pastorea Joseba Azkarraga, ha convocado para las seis de la tarde del viernes una manifestación en Mondragón en favor de tres tipos con historial delictivo muy cuajado. A la cabeza figuraba Henri Parot, un tipo nacido en Argel y francés de nacionalidad. Otros dos eran José Manuel Pagoaga Gallastegi, ‘Peixoto’ y Eugenio Barrutiabengoa a los que se debió añadir como la nota de color local, puesto que ambos eran naturales de Mondragón. Parot no, como ya se ha dicho, pero quizá valga el hecho de que fue captado para la banda por otro hijo de la villa, Txomin Iturbe Abasolo. Parot estuvo al frente del comando itinerante doce años, junto a su hermano Jean y Jacques Esnal, que sortearon a la Policía española por su nacionalidad francesa, mientras buscaban españoles.

Pagoaga Gallastegi quedó prácticamente ciego de resultas de un atentado que sufrió en enero de 1979 en San Juan de Luz, reivindicado por el Batallón Vasco Español y de resultas del cual tiene tarjeta de invalidez permanente de la Seguridad Social francesa. Barrutiabengoa Zabarte, ‘Arbe’, miembro de los Comandos Autónomos, fue uno de los terroristas acogidos por Hugo Chávez, con un historial de siete asesinatos en su haber. La red Sare ha dado un paso atrás; ellos no querían hacer un homenaje a nadie, porque, explican, “siempre hemos querido compatibilizar la denuncia de la política penitenciaria con el respeto, apoyo y solidaridad con todas las víctimas de la violencia”.

Hombre, resultaba un poco raro que dos de los tres cabezas de cartel no hubieran pisado una cárcel en su vida. Parot sí, pero seguramente él no querría cambiarse por sus camaradas del comando itinerante, también llamado Argala, que cumplen sendas condenas a cadena perpetua en cárceles francesas.  Peixoto no tendría problema alguno en volver al País vasco. Le bastaría ir en autobús desde Bayona a San Sebastián y coger otro que le llevara desde Donostia a Mondragón. Barrutiabengoa Zabarte lo tiene algo más complicado, no por medios de transporte, que tiene al menos media docena de vuelos diarios desde Caracas a Madrid y Barcelona, sino porque la Audiencia Nacional querría tomarle declaración sobre los siete asesinatos perpetrados por su propia mano.

La nota de prensa de Sare debe de haber sido escrita por Azkarraga, un tipo muy notable en este mundo, que lleva un montón de años, quizá más de 30, convocando las manifestaciones que la izquierda abertzale celebra cada mes de enero por los terroristas presos. No se conoce entre sus iniciativas una manifestación por las víctimas de ETA, pese a ser sobrino carnal de una de ellas, el general Luis Azcárraga Pérez-Caballero, que fue asesinado en Salvatierra el 27 de marzo de 1988, domingo de Ramos.

La manifestación de Mondragón debe interpretarse como un aperitivo de la que se va a celebrar el próximo 8 de enero. Otro aperitivo fue la recepción de acogida que la víspera de Nochebuena se hizo al terrorista Iñaki Etxeberria, por mal nombre ‘Mortadelo’ en la calle Jarauta de Pamplona y que ha motivado denuncia ante la Fiscalía General del Estado de cuatro diputados del Grupo Popular en el Congreso, encabezados por su portavoz, Cuca Gamarra y del que formaban parte: Guillermo Mariscal, Isabel Borrego y Carlos Rojas. La Asociación Dignidad y Justicia ha dirigido un escrito ejemplar a la Audiencia Nacional con la petición de que prohíba dicha marcha por exaltación del terrorismo y humillación de las víctimas.