El Correo 15/11/12
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, lamentó ayer que algunas comunidades autónomas, como Cataluña, País Vasco y Andalucía, se hayan negado a incorporar a sus representantes en el exterior en las oficinas españolas para «ahorrar costes, aumentar la eficiencia y crear sinergias».
Durante esta legislatura, el Gobierno vasco ha mantenido abiertas seis oficinas en el extranjero a las que ha dado un tratamiento básicamente comercial y que han sido utilizadas para intentar ayudar a las empresas vascas a lograr contratos fuera de Euskadi. A esta red hay que sumar las oficinas de la Spri, dependientes de la consejería de Industria. A pesar de los requerimientos del PP, el Ejecutivo socialista siempre se ha negado a cerrarlas con el argumento de que servían para la promoción exterior de las industrias.
Durante su intervención en el Congreso para defender los presupuestos de su departamento de cara a 2013, Margallo recalcó que una de sus medidas para reducir costes ha consistido en ofrecer a las autonomías que incorporen a sus ‘embajadores’ a las oficinas españolas en el extranjero, al igual que ha hecho el Gobierno central incluyendo algunos de sus diplomáticos en delegaciones de la Unión Europea, por ejemplo, en Yemen.
«La oferta del ministerio no ha sido del agrado del País Vasco, de Cataluña y Andalucía», criticó Margallo, quien, no obstante, destacó la firma de convenios similares con La Rioja, Galicia, Valencia y Castilla y León, todas ellas gobernadas por el PP. Según el ministro, la petición a las comunidades se inscribe dentro del esfuerzo realizado por Exteriores para ajustar sus cuentas mediante la disminución de las dotaciones dedicadas a arrendamientos, las comunicaciones telefónicas, el número de efectivos y la representación en zonas en las que estaba menos justificada. Asimismo, anunció que el hecho de que ya se haya reducido un total de 81 personas de estas legaciones permitirá celebrar oposiciones a la carrera diplomática el año que viene, una bolsa de empleo que no se convoca desde el año 2010. Margallo defendió que, en este momento, es necesario respaldar una sola «marca España», ya que el país que tiene dos en realidad tiene «media marca». «No tener marca en los tiempos que corren es algo que se paga en términos de prima de riesgo, tipos de interés, y costes financieros», alertó.