EL MUNDO – 28/05/15
· Las posiciones políticas se precipitan a la misma velocidad que se suceden los acontecimientos. Si muchos daban por sentado que el PP jamás tendería su mano al PSOE para trabar alianzas, se equivocaban. La realidad se impone.
· El presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha pedido a los suyos «hacer todo lo posible» para «evitar la inestabilidad» que puede acarrear la llegada a las instituciones de una formación de «izquierda radical» como, en su opinión, es Podemos.
Rajoy no se ha vuelto loco; es el mismo de siempre. De hecho, es el mismo que a finales de 2014, en su comparecencia de Navidad ante la prensa, recalcó la necesidad de que los dos grandes partidos constitucionalistas, es decir, PP y PSOE, formaran tándem si fuera necesario para preservar la estabilidad del país y defender la Carta Magna.
Ahora, tras el duro varapalo que han supuesto para el PP los resultados electorales, y también –añade el presidente– para el PSOE, ha llegado el momento de explorar vías para asegurar que el país siga transitando por caminos homologables. En otras palabras, se trata de mantener las guías trazadas en la Transición por las que han discurrido cuatro décadas de «progreso democrático».
Con esta reflexión adoptó ayer el PP –y también el Gobierno– una postura favorable a la oferta lanzada el martes por la presidenta de los populares madrileños, Esperanza Aguirre. Su filosofía, admiten en el Ejecutivo, quedó contaminada por sus formas, por su afán de protagonismo y por alguna «expresión desafortunada», pero el fondo de la propuesta –tender la mano al PSOE– contaba con el visto bueno de la dirección del PP y, por tanto, añaden en Moncloa, de Mariano Rajoy y de la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
Tanto es así que ayer, uno tras otro, los ministros y altos cargos del PP consultados manifestaron su convencimiento de que para impedir que el «programa» de Podemos se imponga desde ayuntamientos y parlamentos autonómicos sólo hay una opción: que el poder sea ocupado, donde sea factible, por socialistas o populares, o por ambos a la vez, previas alianzas de gobernabilidad.
En el entorno del presidente aseguran que Rajoy «no ha dado una instrucción general» a sus barones y dirigentes de pactar con los socialistas, pero sí les ha pedido que, después de analizar con detalle los resultados de sus respectivos territorios, valoren la posibilidad de tenderles la mano. En definitiva, apuesta por la fórmula del «caso por caso». Él mismo ha encargado un estudio pormenorizado de los resultados electorales para discernir con conocimiento de causa. Y es por ello por lo que también ha pedido a sus barones, heridos por el batacazo en las urnas, que reflexionen antes de precipitarse a tirar la toalla.
La posición del presidente contó ayer con el respaldo de varios miembros del Ejecutivo. Así, por ejemplo, se pronunció Alfonso Alonso, uno de los ministros más jóvenes y más populares. En su opinión, dejando de lado la forma con la que Aguirre hizo pública su propuesta, el contenido de la misma es lógico y asumible.
Alonso cree que en España debería desarrollarse «una cultura de pacto mucho más amplia» y lamenta que exista una «tendencia por parte de la izquierda a excluir al PP». «Nosotros no debemos seguir ese juego, debemos generar una cultura de gobiernos en minoría y de pactos entre diferentes, y acuerdos entre diferentes y gobernar entre diferentes. Yo creo que eso sería bueno», subrayó.
En su opinión, aunque los ciudadanos han restado poder al PP, han seguido apostando por él más que por otras fuerzas políticas, de manera que «desean que siga formando parte del juego institucional». Y esta teoría es también aplicable en buena parte de España al PSOE, la segunda fuerza en liza.
Pese a todo, Alonso expresó su temor a que los socialistas finalmente prefieran «abrazarse a Podemos». En ese caso, el ministro, al igual que Rajoy, considera que no está de más que «el PSOE se retrate».
También contundente se expresó el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, quien aseguró estar «totalmente de acuerdo con la iniciativa de Aguirre» para, dijo, «evitar que una fuerza que tiene un programa como el de Podemos llegue a las instituciones». Fernández Díaz defendió los pactos para «garantizar la estabilidad». Sería, dijo, «un ejercicio plenamente legítimo de responsabilidad».
EL MUNDO – 28/05/15