EL MUNDO 17/12/13
· Pedirá una cita secreta para hablar de la consulta con el presidente
· Desvela que las preguntas se le ocurrieron el día de la Constitución
Artur Mas dijo ayer estar dispuesto a llevar hasta el final su desafío a Mariano Rajoy y a la estructura territorial de España. El presidente de la Generalitat aseguró que no le da miedo ninguna consecuencia, ni siquiera «la cárcel», que pueda desprenderse del proceso independentista que ha iniciado.
Aunque trató de moverse en todo momento dentro de la ambigüedad, Mas fue claro cuando le preguntaron sobre las consecuencias legales que podría tener su órdago al Gobierno español. En una entrevista en TV3, el president recordó que se le ha amenazado, por ejemplo, «con la inhabilitación, con la cárcel o con la suspensión de la autonomía» de Cataluña. «No sé cuántas cosas se han llegado a decir. No me da miedo, siempre que vea una piña muy grande en el pueblo a favor de votar», añadió.
Lo que no quiso plantearse es la posibilidad de «sacar los Mossos a la calle» para defender las urnas de la consulta. De hecho, en realidad Mas dejó bastante claro que su plan B son unas elecciones autonómicas de cariz plebiscitario. «De alguna manera, el pueblo de Cataluña se podrá expresar. Yo prefiero una consulta, pero mi último recurso es que no lo podrán evitar, a menos que suspendan las elecciones», aseguró.
Ésa es la vía de escape que se puso: que las mayorías sean amplias. Si no lo son, se entiende que se sentiría liberado de su promesa. Lo que no dijo es qué entiende él por amplias mayorías.
En este punto, en la inconcreción, las palabras del presidente de la Generalitat enlazan con las que dedicó a la consulta soberanista. Fue cuando admitió que el acuerdo sobre el enunciado de la pregunta de la consulta soberanista se tomó de manera apresurada y que sólo se habló «por encima» de las reglas con las que habría que medir el resultado. Después de que los entrevistadores le recordaran las diferencias de interpretación que han expresado los diversos partidos políticos, Mas admitió que lo importante era alcanzar un acuerdo rápido.
«Hay una cierta complejidad, no lo niego», tuvo que admitir Mas después de asegurar que las preguntas eran «claras». «Había que poner de acuerdo a todos. Luego existe una especulación sobre cómo contaremos, pero eso no es lo importante en este momento. De hecho, de las reglas se habló por encima», añadió. Mas ni siquiera quiso fijar un mínimo de participación para dar validez a los resultados.
El presidente de la Generalitat también habló de su relación con Rajoy. Después de que se vieran por última vez en verano, el 29 de agosto, en una reunión que se mantuvo en secreto hasta días después, Mas está dispuesto a repetir ese movimiento. Dijo que no ha hablado con el presidente español, ni siquiera por teléfono, desde que logró acordar la pregunta y la fecha de la consulta, y añadió: «En algún momento, no lo haré públicamente, me dirigiré al presidente para intentar ponerme de acuerdo con él».
En cualquier caso, insistió en los argumentos de los últimos días para tratar de convencer al Gobierno español de que permita la consulta. «Rajoy ha dicho que no habrá negociación. ¿Es ésa la respuesta de un demócrata?», se preguntó, tras rechazar que esté dispuesto a renunciar a la consulta a cambio de un pacto que incluya una mejora de la financiación y la mejora de competencias para Cataluña, como en algún momento ha propuesto su socio, Josep Antoni Duran Lleida.
En el capítulo del anecdotario cabe anotar la narración que hizo el presidente catalán acerca de cómo tomó la decisión sobre del enunciado de la pregunta doble. Dijo que se le ocurrió a él solo, y que «la inspiración» le pilló «trabajando, el Día de la Constitución», en un claro guiño a los independentistas. Ese día, Mas se ausentó de los actos oficiales de conmemoración.
También afirmó que «la palabra independencia», uno de los más grandes escollos para cerrar un pacto, «aparecía en todas las opciones» que se planteó.
En cuanto a la salida de la UE de una hipotética Cataluña independiente, que las instituciones europeas han dado reiteradamente por segura, el presidente catalán, acudiendo a su retórica habitual, se negó a aceptar que «la Europa de las libertades castigará a quienes quieren ejercer la democracia».
Carles Prats y Lídia Heredia, los periodistas designados por la cadena, entrevistaron a Mas en la sala Torres Garcia del Palau de la Generalitat, la misma en la que se firmó el pacto por la consulta el pasado jueves. Como se esperaba, dedicaron más tiempo al llamado proceso soberanista que a asuntos sociales y de corrupción, pese a que Convergència, el partido de Mas, está presuntamente implicado en varios asuntos turbios.