EL MUNDO – 22/09/15
· Pide negociar la secesión porque el precio de no acordarla «es insoportable para España».
No es que sea recomendable que el Gobierno se siente a negociar la independencia de Cataluña tras el 27-S si los soberanistas obtienen mayoría en el Parlament. No. Según Artur Mas, más que recomendable es obligatorio, entre otros motivos porque, si no lo hace, la Generalitat podría no pagar su parte proporcional de la deuda pública española.
Los independentistas utilizan como argumento recurrente la deuda –también la de la Generalitat que ha contraído el Estado: 37.000 millones a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y el Plan de Pago a Proveedores– para avisar de los riesgos de no negociar la secesión. La teoría es que, en una separación amistosa, Cataluña asumiría su parte alícuota del billón largo de euros que debe España.
A ese razonamiento se agarró ayer Artur Mas para contrarrestar las «amenazas» del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, en relación al peligro de corralito si Cataluña inicia el camino hacia la independencia el 27-S.
«¿Cómo haría frente el gobernador del Banco de España a su deuda pública sin un acuerdo con Cataluña para que asuma su parte? El precio de no ponerse de acuerdo es impagable, de entrada para España. La economía española no podría soportar que no haya acuerdo», avisó Mas.
La respuesta del presidente de la Generalitat forma parte de la contraofensiva de la candidatura de Junts pel Sí contra «la estrategia del miedo» que según ellos usa el Gobierno español. Los líderes de la candidatura independentista luchan en la recta final de la campaña contra el aluvión de advertencias de la comunidad internacional y de varios organismos y entidades nacionales en torno a los riesgos de la independencia de Cataluña. Y les niegan credibilidad a todas ellas.
Mas cargó ayer con dureza contra Linde, que, a su juicio, «usa los mismos argumentos que el PP». «Es indecente, inmoral, irresponsable», dijo sobre las alusiones al corralito. «Las hace para mantener las sillas y el poder de toda esta gente. No tienen otro argumento que éste. Yo no querría pertenecer a un Estado que usa la estrategia del miedo», sostuvo.
Sin embargo, la posibilidad del corralito –que se impida a los ciudadanos retirar sus ahorros de los bancos– sí está recogida en un informe de sus asesores del Consejo para la Transición Nacional. El texto de ese documento afirma: «La estrategia del Gobierno español de crear resistencia y la respuesta ciudadana en Cataluña pueden llegar a crear una situación de gran inestabilidad financiera (incluida la posibilidad de un corralito)».
Pero Mas restó ayer trascendencia a esa alusión. «El informe dice que todo depende de la estrategia del Gobierno. ¿El Gobierno español quiere que haya problemas financieros en Cataluña? Sería inimaginable», razonó.
Después le tocó desmentir otros riesgos de la independencia, como el de la salida de la UE. Todos los dirigentes de Junts pel Sí –la coalición electoral de Convergència y ERC– dan nula credibilidad a los avisos en ese sentido, aunque los han verbalizado desde la Comisión Europea hasta jefes de Gobierno como David Cameron (Reino Unido) o Angela Merkel (Alemania). «Si se dice que el Estado catalán estaría fuera de la UE es que de entrada se la reconocería como Estado independiente. Y la pregunta es: si se la reconoce, ¿cuál es la razón para echarla de la UE? Es un absurdo que no se sostiene. ¿Sería una venganza, un acto de rabia?», se preguntó.
Pero Mas, que nunca alude a casos conflictivos de secesión –prefiere referentes como el de Checoslovaquia– hizo ayer una excepción cuando afirmó que a diferencia de Eslovenia o Croacia, «que obtuvieron su independencia con violencia y sangre», Cataluña «lo va a hacer con urnas», y esa es razón de más para que la UE no la expulse.
«Todo esto no cuela, como tampoco cuela lo de las pensiones», dijo, abriendo otra línea de argumentación. «Estamos hablando de derechos personales inviolables. El Estado es responsable del pago de las pensiones de los que han cotizado. En un Estado catalán, las pensiones están más garantizadas y pueden ser hasta un 10% mayores, según los expertos», aseguró.
Y aún se refirió a un último asunto: la fuga de entidades financieras. «Nos dicen, y nos vuelven a tratar como a tontitos, que la banca se irá de Cataluña. ¿Qué interés puede tener la banca de irse de la economía más potente y atractiva del sur de Europa?», concluyó.