XAVIER VIDAL-FOLCH – EL PAIS – 21/07/15
· En el ‘procés’ nada es lo que parece y todo lo que aparenta no es.
El 27-S de Artur Mas es la Gran Mascarada. Todo en el procés se oculta, se disfraza, se enmascara. Todo es sucedáneo, seudónimo, marca blanca. Nada es lo que parece y todo lo que aparenta no es.
Así, el que pretende seguir gobernando tras una elección (falsamente) plebiscitaria, de modo que un Parlament apartidista (sic) le reeelijapresident, hace como que no y rechaza encabezar su propia lista: se oculta, de número cuatro. Sospechoso.
Y coloca en la falsa cabecera, como seudónimo de sí mismo, a un poscomunista, Raül Romeva (¿qué haces, Raül, en ese baile?, ¿coartada roja para el neoliberalismo travestido?), seguido de dos agitadoras profesionales (Muriel Casals y la sin par Carme Forcadell, que decían que eran la sociedad civil y no, ay, la política). Todos muy progresistas, a ver si se olvidan los salvajes recortes sanitarios del consejero Boi Ruiz, el patrón privatizador. Crucificando de paso a sus pies, quinta plaza, a quien ha robado 20 veces la cartera, otrora la promesa Obélix-Junqueras, ahora trocado en Oriol-Idéfix.
El político-político, que eso lo es, juguetea a aparentar antipoliticismo, esa deriva propia del populismo cómico italiano. Por esconder, esconde a su propio partido, una vez logró destruir su alianza de 37 años con Unió (será que, matemático, restando suma), de manera que ya no hay Convergència más que como nota a pie de página. Como si borrando el nombre, borrase la cosa: papá Pujol y la Ferrusola, de quienes es hereu; y el caso Palau, y las 15 sedes embargadas. La corrupción.
Dicen los voceros que es “la lista única” —¿nadie temblará al recordar los partidos únicos?— y solo es única para TV-3. Ni siquiera llega a ser unitaria del soberanismo, pues no incorpora a la CUP. El gobernante que nunca gobernó (salvo en una política privatizadora —ATLL— que desembocó en fiasco ante los jueces); que perdió sin un responso 10 cajas de ahorros; que solo fue visitado, en la Generalitat, y de noche, por un líder internacional, Roberto Maroni, el de la Lega xenófoba y lepenista (y se afanó en esconderlo: prohibió que les retrataran juntos); el que habla de “legalidad catalana” y se apresta a destruir el Estatuto, es máscara de sí mismo. Detrás de ella, la nada.