EL MUNDO 17/11/13
· Junqueras afirma que no aceptará una fórmula que no sea clara.
El frente de los partidos catalanes favorables a la consulta soberanista se enfrenta estos días a serias dificultades. Después de que el PSC haya rechazado definitivamente cualquier vía que la Generalitat no pacte previamente con el Gobierno de España, las diferencias entre Convergència y sus socios de ERC acerca de la pregunta se hicieron ayer evidentes. Además, el enfrentamiento tuvo como protagonistas a los principales impulsores del llamado proceso soberanista: el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el líder republicano, Oriol Junqueras.
Mas dio ayer un paso en la línea que defiende, entre otros, Josep Antoni Duran Lleida cuando se inclinó por una pregunta «inclusiva» además de clara. Aunque no especificó, está claro que el president sólo podía referirse a una fórmula diferente de la binaria, el sí o no a la independencia que defiende ERC.
En su discurso de ayer ante el Consejo Nacional de Convergència, Mas citó a Escocia, donde el año que viene se celebrará una consulta de autodeterminación, como referente, pero también se marcó como objetivo que en Cataluña haya una mayoría «clara y transversal» a favor del referéndum.
Una pregunta más abierta, como la que pareció defender ayer Mas, facilitaría tanto la cohesión interna de CiU –Unió es confederalista, y no estaría cómoda con una formulación que no permitiera expresar matices– como el concurso final de Iniciativa, muchos de cuyos militantes y votantes no son independentistas. Sin embargo, alejaría al president definitivamente de Esquerra, su principal aliado.
Quedó claro ayer al escuchar a Oriol Junqueras: «No aceptaremos una mala pregunta en la consulta». El presidente de ERC explicó después que, para él, una buena pregunta sería por ejemplo: «¿Quiere la independencia de Cataluña?». En cualquier caso, descartó una de las fórmulas que más se barajan en CiU para salvar la cara porque, en su opinión, preguntar sobre el «Estado propio» podría propiciar que no todo el mundo entendiera el resultado de la misma manera.
Junqueras aludió incluso a la necesidad de que exista una presión de la «mayoría social» que se manifestó durante la Diada para evitar que no se pregunte inequívocamente por la independencia.