ABC – 10/10/14
· No logra articular una estrategia común con sus aliados independentistas.
Artur Mas convocó ayer a los partidos afines a la consulta del 9 de noviembre (CiU, ERC, ICV y CUP). Lo hizo a escondidas, evidenciando así que el proceso secesionista que lidera el presidente catalán está encallado y que la pretendida unidad política ante la suspensión del referéndum ordenada por el Tribunal Constitucional, hace aguas. Al cierre de esta edición no trascendió ningún acuerdo, los representantes políticos se emplazaron a «seguir trabajando» y aseguran que la semana próxima «será decisiva». Cabe recordar que el Ejecutivo catalán ha puesto el 15 de octubre como fecha límite para decidir si hay o no referéndum.
A diferencia de la cumbre celebrada el viernes pasado en el Palacio de la Generalitat, convocada oficialmente, la de ayer cambió de escenario, previo juego al escondite con los periodistas. El lugar elegido fue el Palau Robert del paseo de Gràcia, propiedad del Ejecutivo catalán, cercano al lugar donde la CUP había organizado una acción de acoso en el domicilio particular de la líder del PP, Alicia SánchezCamacho.
El encuentro comenzó a las 18.30 horas y duró tres horas. Asistieron, además de Artur Mas; la vicepresidenta, Joana Ortega; el consejero de Presidencia y portavoz del Govern, Francesc Homs; y los dirigentes Jordi Turull y Ramon Espadaler (CiU), Oriol Junqueras y Marta Rovira (ERC), Joan Herrera y Joan Mena (ICV-EUiA), y Quim Arrufat e Isabel Vallet (CUP). Sobre la mesa había varios asuntos: un posible adelanto electoral, la oferta de ERC de entrar en el Gobierno para blindar el 9-N y la posibilidad de convocar un sucedáneo de consulta, algo que nadie pretende, pues echaría por tierra la legitimidad internacional que se pretende lograr. Ni siquiera la plataforma secesionista Asamblea Nacional Catalana contempla una consulta no oficial.
Rechazo municipal
La semana pasada, el encuentro fue especialmente tenso, y después de ocho horas, se saldó sin acuerdo y con amenazas de Mas de avanzar elecciones anticipadas si no se lograba acordar una estrategia común. Ahora se añade la negativa de los ayuntamientos a celebrar una consulta alternativa y de la vicepresidenta Joana Ortega (UDC), a dar instrucciones a aquellos secretarios e interventores municipales son afines a la causa sobre la suspensión para protegerles de una posible inhabilitación, según consta en una carta desvelada ayer por ABC.
El desencuentro entre UDC y CDC es evidente, como también son públicas las desavenencias entre ERC y CiU. Por su parte, el coordinador de ICV, Joan Herrera, aseguró el miércoles que «cada día hay menos garantías democráticas» para llevar a cabo la consulta independentista. La reunión vino precedida por las declaraciones de Mas en «The New York Times», donde confesó que «no llevará a España a una crisis constitucional» si votar en la consulta del 9-N es ilegal. El diario norteamericano asegura que el presidente catalán, «soberanista tardío pero convencido», sostuvo durante la entrevista que Cataluña no será responsable de provocar una crisis en España y que es la primera vez que hace declaraciones en este sentido.
Explicó Mas que CiU ha pactado con los demás partidos independentisas «otra vía», aunque explicó en qué consiste. Sí habló de un «tercer instrumento». Si la votación no es legal, pondrá en marcha elecciones plesbicitarias como «una estrategia a largo plazo» para avanzar hacia la independencia.
ABC – 10/10/14