EL MUNDO – 11/10/15
· Suplica a la formación de izquierda radical que no estropee «lo hecho entre muchos».
Artur Mas se basó ayer en la aritmética para advertir a la CUP de que no puede imponer sus condiciones; entre ellas, vetarlo como presidente de la Generalitat y líder del proceso independentista. Mas resaltó que Junts pel Sí –la coalición de CDC y ERC que ganó el 27-S sin alcanzar la mayoría– sextuplica en escaños a la izquierda radical. «En un lugar se tienen 62 diputados y en el otro, 10. Las cosas se tienen que hacer de modo que ese mandato de las urnas sea respetado», avisó el president en funciones.
Enfrascadas ambas candidaturas en unas negociaciones en las que no se adivina el resultado, el dirigente catalán admitió la «complejidad» para cerrar un acuerdo con los anticapitalistas, que apremian a convergentes y republicanos a revertir privatizaciones, combatir la pobreza y certificar la ruptura con el resto de España desacatando leyes vigentes y al Tribunal Constitucional.
Aun aventurando que lograr un pacto será «arduo», Mas se declaró optimista en el Consejo Nacional de CDC, donde fue recibido con gritos de «presidente, presidente». «Os quiero tranquilizar. No es la primera dificultad que nos encontramos en los últimos tres años y siempre salimos de ellas», confió.
A su favor subrayó la diferencia de escaños entre Junts pel Sí y la CUP, primera y sexta fuerza respectivamente en el Parlament: «El pueblo de Cataluña ha otorgado 62 diputados a Junts pel Sí y 10 a la CUP. Todos los que tenemos un pleno sentido democrático sabemos lo que significa pasar por las urnas y qué quiere decir el peso de cada uno».
De esa forma, suplicó a los anticapitalistas que cedan en sus exigencias, entre las que mantienen vetar al propio Mas al frente del Ejecutivo. El mandatario se agarró a una hegemonía que, aun sin ser absoluta, se acerca a ella: «Tan legítimo es que la CUP defienda sus posiciones como nosotros las nuestras. Tenemos el 40% de los votos y 62 diputados sobre 135, casi una mayoría, pero no llegamos. Se requiere hablar y entender las posturas de los otros, pero también recomponer las posiciones propias». El president se reivindicó alabando el papel de Convergència al ampliar el independentismo. «Que lo que hemos hecho entre muchos no lo estropeemos entre pocos», previno a la CUP.
A menos de una semana de declarar como imputado por la consulta del 9-N, Mas juzgó que el resultado del 27-S avala el simulacro de referéndum de 2014. Incluso cuestionó el talante democrático del Estado por no retirar la querella. A Mariano Rajoy lo acusó de «prepotencia chulesca».
Por otro lado, insinuó que la lista única con ERC debe repetirse en las generales, en las que avista una reválida. «Si el 27-S tuvimos un gran éxito y en la siguiente fase electoral no lo confirmamos, entonces habrá otra lectura, interesada o no, que será que perdemos fuelle», alertó.