EL MUNDO – 08/11/14
· Mas ha elegido esconder sus cartas hasta el final para esquivar la suspensión del 9-N. Por un lado, deslizó que los voluntarios de la ANC asumirían la «ejecución» de la consulta; por otro, el propio Govern confirmó que seguirá al frente de aspectos básicos como la colocación de las urnas o la comunicación de la participación y los resultados.
En su determinación de que se lleve a cabo como sea la votación de mañana sobre la independencia de Cataluña, Mas está jugando al despiste hasta el último segundo con un asunto clave: ¿quién organizará finalmente el 9-N? El presidente del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, Joan Rigol, afirmó primero que la Generalitat recogía el guante del Gobierno y dejaba «la ejecución» del operativo en manos de voluntarios pero, después, la vicepresidenta catalana, Joana Ortega, confirmó que será ella misma quien informe hasta en cuatro ocasiones del desarrollo de la jornada y de los resultados, como si fueran unas elecciones al uso.
Los equilibrios de Mas responden a su delicada situación política en Cataluña. Si dice abiertamente que desobedece la suspensión del Tribunal Constitucional, se arriesga a que el Gobierno actúe contra la consulta y la prohíba efectivamente; si acata el veto y se retira del operativo, ERC y entidades privadas independentistas como ANC se le echarán encima y no podrá capitalizar la votación para relanzar su carrera, como pretende. Así que ha elegido el camino del medio.
El foco político en Cataluña estaba puesto ayer sobre la reunión del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, un foro que agrupa a 70 partidos y entidades favorables a la consulta. Y Rigol, histórico de Unió, contribuyó como nadie a la confusión al finalizar ese encuentro: «Serán los voluntarios los que harán el recuento. El Govern ha hecho su trabajo, lo continúa haciendo, pero el final del proceso está en manos de voluntarios», insistió.
Pero Mas había dicho otra cosa dentro de la reunión, según fuentes presentes. El presidente de la Generalitat aseguró que siempre ha estado al frente del proceso y que continúa al frente de él, y ofreció como prueba que se usarán recursos de titularidad pública para votar –como los institutos– y que «el recuento no se podría hacer sin el Govern».
Por la tarde, y una vez que ya había hablado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, tras el Consejo de Ministros, la Generalitat enmendó la plana a Rigol. Fuentes del Ejecutivo catalán confirmaron que Joana Ortega informará sobre la participación en la consulta alternativa a las 9.30, las 14.00, las 19.00, y las 22:30 horas. Es decir: CiU no tiene ninguna intención de apartarse de la organización del 9-N.
También por la tarde, empezaron a llegar las urnas de cartón a los locales dispuestos para el «proceso participativo». El líder de ERC, Oriol Junqueras, afirmó que es impensable que finalmente no se vote en esos centros sino en la calle, que es una de las alternativas que se habían barajado si Mas se inhibía y dejaba el operativo en manos de los voluntarios.
El Gobierno español tampoco aclaró si tomará medidas para impedir la votación. Sáenz de Santamaría sí instó a Mas a «respetar» y «cumplir» las decisiones de los tribunales, en relación a la segunda suspensión sobre el 9-N dictada por el TC y ratificada por el Supremo, informa Europa Press.
Hasta en tres ocasiones le preguntaron qué va a hacer el Ejecutivo si Mas no acata la suspensión de la consulta, pero la vicepresidenta no se salió del guión. «Le pediría al presidente de la Generalitat que respete las decisiones de los procesos que instamos otros, pero muy especialmente las de los procesos que inicia él porque eso ya ni siquiera es respetarse a él mismo en los procesos judiciales que adopta», dijo.
EL MUNDO – 08/11/14