EL MUNDO 30/05/14
· Admite las «incertidumbres» de la ruptura, pero cree que la única solución es votar
El presidente de la Generalitat ha apostado tan fuerte por la consulta soberanista que no concibe una salida al conflicto con el Gobierno español que no pase por las urnas. Ayer, durante las jornadas del Círculo de Economía en Sitges (Barcelona), Artur Mas afirmó que es «intransigente» con el hecho de que los catalanes acaben votando, ya sea en el referéndum que propone para el 9 de noviembre o ya sea una propuesta para la comunidad –una reforma constitucional, por ejemplo– que pudiera plantear «el Estado».
El presidente de la Generalitat había aguantado estoicamente el llamamiento de Antón Costas a que le dé una segunda oportunidad a la negociación con Madrid, y cuando le tocó el turno reivindicó la votación como única salida. «Si el Estado tiene una propuesta seria y creíble que desee someter a escrutinio del pueblo catalán, que también se someta a votación, que decida la gente. Que se ponga a votación junto a lo que proponen las instituciones catalanas», dijo.
Si no es así, afirmó Mas, si la crisis institucional abierta se cierra con un parche, como en su opinión ha sucedido desde la Transición, la solución no será definitiva. «Somos intransigentes en que esto pase por las urnas, porque si no esto no se cerrará bien», aseguró.
En una intervención en la que no quiso desvelar qué hará si, como es de prever, el Gobierno recurre ante el Tribunal Constitucional la convocatoria de la consulta del 9-N, Mas se congratuló de que Costas reconociera que el malestar catalán no es «una invención de los políticos», sino que está extendido.
El presidente de la Generalitat también se ha mostrado de acuerdo con el presidente del Círculo de Economía en cuanto a la exigencia de que todo el proceso se conduzca dentro de la «legalidad». Costas se refería al marco constitucional, pero Mas aprovechó para recordar que el Parlament está elaborando una ley de consultas con la que pretende vehicular el referéndum y para pedir al Gobierno que no la bloquee. Si fuera así, añadió, se daría un choque entre la ley y el «movimiento con legitimidad democrática» que él lidera.
Sin embargo, Mas no pudo «tranquilizar al 100%» sobre las «incertidumbres» del proceso hacia la independencia. «En su día ya dije que entrábamos en terreno desconocido. Al día siguiente nadie sabe lo que pasará, no hay precedentes», admitió.
Mas, cuyo liderazgo en Cataluña se puso a prueba por primera vez el domingo tras la victoria de ERC en las elecciones europeas, añadió que el Gobierno español debería «asumir riesgos» para hacer frente al problema, y advirtió a Mariano Rajoy de que consideraría «una agresión añadida e innecesaria» no permitir la consulta catalana.