EL MUNDO 18/07/13
La líder ‘popular’ afea la «financiación ilegal» al ‘president’ en medio de un gran revuelo
La sesión de control al presidente de la Generalitat de ayer en el Parlamento catalán se convirtió en un tiro al blanco de la oposición contra Artur Mas. El auto del juez instructor del caso Palau, que concluye que Convergència se financió irregularmente a través de comisiones de la constructora Ferrovial por un importe de más de cinco millones de euros, proporcionó munición a todos los partidos: muchos de ellos compararon la situación en la que se encuentran los nacionalistas con el caso Bárcenas.
Acorralado, Mas sólo encontró desahogo en las promesas de que, si Convergència resulta finalmente condenada, será «el primero en actuar» y en el enfrentamiento directo con la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, con quien mantuvo un duro intercambio en el que ambos se echaron en cara la presunta corrupción de sus formaciones.
Pese a que CiU intentó por todos los medios soslayar las conclusiones del juez instructor del caso Palau, el asunto fue la estrella del pleno parlamentario. Los partidos de la oposición afilaron el ingenio para arremeter contra Mas. Los más contundentes fueron seguramente el PSC y Ciutadans, y ambos subrayaron las similitudes entre lo que se desprende del auto conocido el martes sobre la financiación de Convergència y las revelaciones del ex tesorero del PP Luis Bárcenas.
«Usted no entiende la crisis institucional y democrática que tenemos en Cataluña y en España», espetó el líder socialista a Mas. «Rajoy está en la telaraña de Bárcenas y usted en la de Millet», añadió, en relación al ex presidente del Palau de la Música.
Además, Navarro instó a Mas a dar explicaciones porque «los catalanes tienen derecho a saber si es presidente gracias a una campaña pagada con dinero sucio» y le pidió que devuelva los fondos si se confirma que son ilegales, algo a lo que el líder de CiU se comprometió.
El presidente de Ciutadans, Albert Rivera, recuperó un episodio histórico de la Cámara –el de Pasqual Maragall afeando a CiU las presuntas comisiones del 3% en adjudicación de obras– y lo actualizó con las conclusiones que arroja el auto del caso Palau: «Usted tiene un problema que se llama el 4%».
Tras recordarle que él era conseller en cap de la Generalitat durante parte de la etapa que está bajo sospecha, Rivera animó al presidente catalán a «hacer limpieza en su partido o marcharse». También el líder de ICV, Joan Herrera, subrayó las «similitudes» entre los casos de corrupción que presuntamente afectan a CiU y PP.
Pero el enfrentamiento más enconado de la sesión fue el que mantuvieron Mas y Sánchez-Camacho. En cuanto la líder del PP, se unió al coro de la oposición y reprochó a Convergència el «gravísimo caso de financiación ilegal», se formó un gran revuelo entre los diputados de todos los partidos. «Sí, ya sé que les encanta hablar de Bárcenas, que llena páginas de diarios, cosa que no ocurre aquí. Y eso que aquí hablamos de la decisión de un juez que ha concluido la instrucción, y no de lo que dice un presunto corrupto que está en la cárcel», se defendió Sánchez-Camacho.
Mas también le respondió con dureza: «Cuando habla de corrupción le falta un poco de sentido de la medida, y no voy más allá para no ofenderla personalmente». Sánchez-Camacho se había quedado ya sin tiempo, así que la riña siguió en los pasillos del Parlament, cuando le recordó al presidente de la Generalitat que «no ofende quien quiere sino quien puede».
ERC, socio de CiU en esta legislatura de la consulta, volvió a tratar a Mas con guante blanco, y sólo pidió que haya «transparencia» para que el caso no afecte al plan soberanista.
El president prefirió no extenderse en explicaciones amparándose en que el proceso judicial sigue en marcha y en que comparecerá en la Cámara el 31 de julio para hablar en exclusiva del caso Palau. El portavoz del PSC, Maurici Lucena, descartó posteriormente impulsar una moción de censura contra Mas, pese a insistir en las similitudes entre la situación en la que se encuentra el president y la que afronta Mariano Rajoy en el plano nacional.