Me declaro euskoescéptico

EL CORREO 27/01/14
ALBERTO AYALA

· Don Pablo Iglesias me perdonará, pero dudo de que Podemos vaya a irrumpir con la fuerza que prevé el estudio de la UPV

Desde la página 1 Ya me disculparán. Sé que contraponer una intuición, un pálpito personal, a los datos de un estudio sociológico riguroso como es el Euskobarómetro resulta del todo acientífico. Pero no les sería sincero si no lo hiciera.

El sondeo denota que los vascos están tan quemados por la crisis y la corrupción como el resto de los españoles

Don Pablo (Iglesias) me perdonará, seguro, el atrevimiento. Siquiera por haber pasado como él por las aulas de esa caldera en ebullición que siempre ha sido la Facultad de Políticas de la Complutense. Claro que en mi caso hace ya algunos añitos, cuando él apenas si acababa de nacer, y yo cursaba Periodismo en Pamplona.

El fenómeno Podemos es una realidad, también en Euskadi. La nueva formación seguro que forma parte del próximo Parlamento vasco. Que tendrá grupo parlamentario propio, salvo hecatombe de aquí a dentro de dos años, cuando se celebren las autonómicas. Pero me van a permitir que me declare euskoescéptico, al menos un poco, y que ponga en duda que el terremoto vaya a alcanzar en la escala política vasca el peso, los guarismos, que ayer vaticinó el equipo que dirige el profesor Paco Llera.

En modo alguno cuestiono que esos 21-22 escaños y ese segundo puesto que el Euskobarómetro atribuye a Podemos sea la foto que los sociólogos han recogido en la calle, incluso la que les ha salido tras la ‘cocina’ habitual de datos. Soy consciente de que en este momento es más fácil encontrar simpatizantes de la plataforma de Pablo Iglesias en un batzoki, que dar con alguien que admita que ha sido y posiblemente seguirá siendo votante del PSE o del PP, incluso en una casa del pueblo o en el PPtoki con el que soñaba, y que ya tiene, Borja Sémper.

Aun así, escaño arriba escaño abajo, las tendencias que apunta el estudio –que sólo ha recogido la opinión de 600 personas, una muestra un tanto limitada– suponen un fenomenal tsunami político en Euskadi. En primer lugar, el trabajo vuelve a confirmar que no somos la isla que al nacionalismo vasco le gustaría. Vamos, que los ciudadanos de este nuestro paisito comparten, participan de las inquietudes del resto de los habitantes de España.

Y eso se llama hastío de la corrupción. Profundo cabreo por el empobrecimiento que han sufrido y sufren una mayoría de ciudadanos a consecuencia de la crisis y de las medidas que ha adoptado Rajoy, asegura que para superarla. Desafección hacia los partidos tradicionales. Y ganas de que ese enfado se plasme en las urnas.

¿Cómo hacerlo? Con el voto a Podemos. No tanto porque se piense que las recetas de esta formación van a ser una especie de mágico bálsamo de Fierabrás que todo lo vaya a curar de la noche a la mañana. Sino porque es lo que más molesta al ‘statu quo’.

El Euskobarómetro reparte dolores de cabeza para todos. Para el PNV que, aunque seguiría siendo la fuerza más votada, cae notablemente. Y, lo que sin duda preocupará más en Sabin Etxea, pasaría a depender de otros para conservar Ajuria Enea.

No digamos para EH Bildu, que puede convertirse en el principal damnificado de la irrupción de Podemos, en especial en Álava. Se esfuma la prima electoral a la izquierda abertzale tras la desaparición del terrorismo de ETA, que retrocedería a los viejos guarismos de HB y Batasuna. ¡Toma efecto gaseosa!… y adiós a soñar con el ‘sorpasso’ (adelantamiento) a los jeltzales.

Claro que aún es peor para los dos grandes partidos de ámbito estatal, que se han repartido el poder en España en las tres últimas décadas. Los socialistas se arriesgan a que Podemos les arrebate otro tercio de su ya menguado electorado. El PP tampoco se libra del embate de las huestes de don Pablo y su cifra de escaños (6) podría dejarle prácticamente sin juego en la política vasca.

Agua fría al abertzalismo
A unas horas para que el nacionalismo institucional vasco y el catalán aprovechen el partido de fútbol entre una selección de Euskadi (sin alaveses, ¡hay que ser torpe para cometer semejante error, sobre todo siendo nacionalista!) y otra del Principado, para copar la actualidad informativa, el Euskobarómetro echa un buen jarro de agua fría a quienes creían que el abertzalismo había ganado definitivamente la batalla política al españolismo. Y otro tanto podría decirse del eje izquierda-derecha que, pese a algunos, existir, existe. La izquierda parece que volverá a ser hegemónica en Euskadi.

Don Paco Llera y los suyos no han sido esta vez generosos con el ‘establishment’ político vasco. Su estudio reparte notables dosis de preocupación con carácter trasversal. Hay malas noticias para todos… excepto para Podemos, claro.