Juan Pablo Colmenarejo-ABC
- Si Sánchez baja los impuestos, especialmente el IVA, y traslada a los presupuestos las subvenciones y costes que recauda en el recibo, el precio bajaría por lo menos un 30 por ciento según el expresidente de Red Eléctrica, Pedro Mielgo
Fino y afilado. El filo de la legislatura cada vez más cercano al gaznate. Desde el primer día, Sánchez gobierna como si tuviera mayoría absoluta. El presidente camina por la pasarela, avanza y juega a las siete y media con Podemos y los independentistas. Un día se queda corto y al otro largo. Al tercero vuelta a empezar, pero al revés y sin ruborizarse. Los 1.700 millones para la ampliación del aeropuerto de Barcelona reaparecerán muy pronto en el tapete. Por debajo sigue el juego. Esto es lo que hay. Sánchez amaga en la partida y enseña la carita de Abascal en los ‘chats’ con sus socios. Como en la campaña de Madrid, aquellas balas perdidas, todo vale si enciende
la mecha. El fuego a discreción queda por cuenta de la información espectáculo. Una mentira vale más que mil verdades. La utilización del bulo de Malasaña no se tapa ni con otra detención como la del pollo chavista en el centro de Madrid. Sánchez juega al límite, aunque el VAR de las encuestas empieza a dejarle en fuera de juego después de cada pase. No le sale nada.
Con o sin Redondo, sus males no tienen remedio. En la calle han calado tanto el escapismo durante la pandemia como su pasividad con las cosas de comer. El recibo de la electricidad achicharra megavatio a megavatio. Si el presidente quisiera le podría quitar a familias y empresas una carga de la que ya se le hace responsable por su desdén. Sánchez mira al otro lado. Ya no le cabe mas déficit, con la deuda pública rebosando el vaso y con los halcones europeos afilando las garras antes de tirarse en picado sobre España, en cuanto nos quiten las mascarillas. Si Sánchez baja los impuestos, especialmente el IVA, y traslada a los presupuestos las subvenciones y costes que recauda en el recibo, el precio bajaría por lo menos un 30 por ciento según el expresidente de Red Eléctrica, Pedro Mielgo. Pero se ha quedado sin margen justo cuando el Banco Central Europeo va a empezar a darle más despacio a la máquina de hacer billetes. Demasiado al filo como para no cortarse.