ISABEL SAN SEBASTIÁN-ABC

  • ¿Quién es más feminista de las dos? En lo concerniente a la lucha por alcanzar la igualdad, no caben dudas

Andan los voceros de la izquierda levantados en armas dialécticas por el triunfo de Giorgia Meloni, como si la líder de Fratelli D’Italia hubiese marchado sobre Roma al frente de una columna militar en lugar de imponerse limpiamente en unas elecciones libres. Según su idea de la democracia, solo encajan en el modelo quienes piensan como ellos. Y otro tanto sucede con el feminismo oficial, cada vez más escorado hacia ese lado del espectro. Lejos de congratularse por la victoria de una mujer que con toda probabilidad hará historia al convertirse en la primera presidenta de Gobierno italiana, la señalan como una amenaza para el colectivo. Y es que, a sus ojos, únicamente las mujeres ‘progresistas’ son representativas de un término que la RAE define como «principio de igualdad de derechos entre mujer y hombre». Han retorcido un movimiento no solo legítimo, sino indispensable, hasta transformarlo en secta puesta al servicio de intereses contrario a los que predica. Y como muestra, dos botones.

Giorgia Meloni (1977) procede de una familia humilde y desestructurada. Pese a ser una alumna brillante, la falta de recursos económicos le impidió cursar estudios universitarios al obligarla a desempeñar diversos trabajos para ayudar a su madre. A los quince años comenzó su actividad política en organizaciones de derecha o extrema derecha. Ha militado en varios partidos hasta contribuir a la constitución del actual, que toma prestado su nombre de las palabras que encabezan el himno nacional. Su experiencia institucional incluye un ministerio y una vicepresidencia de la Cámara de Diputados. Es madre soltera de una niña habida de su pareja, el periodista Andrea Giambruno.

Irene Montero (1988) nació en el seno de una familia acomodada. Tanto, que al fallecer su padre recibió una herencia de 245.000 euros, según la información facilitada en su día para justificar su más que saneada declaración de bienes. Al igual que la italiana, comenzó su militancia a los quince años, en su caso en el Partido Comunista. Según reza su currículo, estudió Psicología y un máster en Educación antes de «ser descubierta por Juan Carlos Monedero». Ayuna de actividad laboral conocida fuera de la política, su trayectoria institucional la catapultó de la portavocía de las marchas del 15-M a la de Podemos en el Congreso y, de ahí, al Ministerio de Igualdad, cargo que alcanzó mientras todavía convivía con el líder del partido morado, Pablo Iglesias, padre de sus tres hijos.

¿Quién es más feminista de las dos? En lo concerniente a la lucha por alcanzar la igualdad, creo que no caben dudas. En cuanto a la gestión, juzgaremos a Meloni cuando empiece a tomar decisiones. De Montero conocemos la Ley Trans, el «sola y borracha quiero llegar a casa» o su ominoso silencio ante la brutal represión que sufren las mujeres iraníes por osar quitarse el velo.