ABC – 13/01/15
· Pegida reúne a miles de personas en Dresde con el mensaje del miedo al musulmán.
Una alianza pocas veces vista entre la sociedad civil y la clase política alemanas ha logrado neutralizar el cínico aprovechamiento del atentado contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo por parte de movimientos islamófobos y racistas como los alemanes de Pegida (acrónimo de «Europeos Patrióticos contra la Islamización de Occidente»). Como cada lunes se reunieron ayer los simpatizantes de Pegida en la ciudad de Dresde, en el este de Alemania; pero esta vez se encontraron con una contramanifestación a nivel federal, y también a nivel político.
Tras la marcha de ayer —la duodécima ya de los últimos tres meses—, Dresde se consolida definitivamente como el gran bastión de la ola de islamofobia que recorre este país. Alemania es el país más poblado de Europa con alrededor de 80 millones de personas, entre ellos unos cuatro millones de musulmanes, cuyas tres cuartas partes son de origen turco. La reunión ayer entre la canciller Angela Merkel y el primer ministro turco Ahmet Davutogl en Berlín recordó las cifras y también que la canciller alemana representa «a toda la gente de Alemania» —dijo Merkel en rueda de prensa junto a Davutogl—, sin importar de dónde procedan.
«Personas con odio»
La canciller alemana, que participó en la multitudinaria marcha del domingo en París, ha respondido a las manifestaciones xenófobas indicando que junto al cristianismo y al judaísmo, el islam «es parte de Alemania». Merkel recordó los dichos del ex presidente alemán Christian Wulff: «El ex presidente dijo que el islam pertenece a Alemania. Eso es cierto. Yo comparto esa opinión» dijo la canciller horas antes que comenzaran en varias ciudades alemanas las marchas –«paseo» lo han llamado los islamófobos– organizadas por Pegida, especialmente en Dresde; así como las paralelas contramanifestaciones.
Según la canciller, estos actos están organizados por personas con «odio en su corazón». Merkel advirtió que su Gobierno está haciendo todo lo posible para asegurar la integración exitosa de los inmigrantes en la sociedad alemana sin importar su religión, reconociendo la necesidad de mejorar el diálogo interreligioso y felicitando a los musulmanes por condenar públicamente la violencia. A pesar de que Merkel rechaza el ingreso de Turquía en la Unión Europea, dijo junto a Davutogl que ese país es «un aliado».
Pegida logró reunir 18.000 participantes el primer lunes del año, y ayer convocó por primera vez una marcha Leipzig, también en el este de Alemania. En una entrevista publicada ayer por el diario Bild, el más popular de Alemania, el ministro de Justicia Heiko Maas llamó a los organizadores «a desconvocar la marcha de Pegida», «si tienen un resto de decencia».
El ministro calificó de «repugnante» que ese movimiento pretenda instrumentalizar el «atroz atentado» contra el semanario francés, y recordó que la propia Pegida acusaba una semana atrás a los medios de «acoso» y de pretender «difamarla» como movimiento.
En un sondeo realizado hace unas semanas, el 57% de los alemanes no musulmanes reconoció sentirse amenazados por el islam, cuatro puntos más que en 2012. Y un 61% opinó que el islam no tenía sitio en Occidente, según este estudio, realizado por la fundación Bertelsmann.
Amplio espectro
Esta realidad se ha reflejado entre los asistentes a la manifestación convocada por Pegida en Dresde: la presencia clara de miembros de extrema derecha y de círculos neonazis, pero también familias, trabajadores e incluso personas con transfondo migratorio. A pesar de esto, los argumentos ofrecidos por los manifestantes consultados por ABC son los clásicamente utilizados por la extrema derecha alemana.
ABC – 13/01/15