Mi patria es mi lengua

EL MUNDO 28/12/16
ORFEO SUÁREZ

MI PATRIA es mi lengua, escribió Pessoa, para quien habría sido más soportable una agresión a su país que a su cultura. La patria es la infancia, sostuvo Rilke. Lengua e infancia son cuñas de la misma madera: el origen. En cualquier aspecto que nos remita a ese vértice iniciático puede representarse la patria, incluso en el sabor de un gazpacho o en el aroma de unas patatas con chorizo, porque se trata de un espacio emocional, mientras que el Estado es un espacio administrativo. A la primera la delimitan los sentimientos; al segundo, las leyes. Sólo quienes saben diferenciarlos, pueden acompasarlos. Es oportuno recordarlo cuando se avecina un 2017 convulso en Cataluña, asaeteada por un nacionalismo que no diferencia, porque su eje es el maniqueísmo. La confusión no es sólo patrimonio de la sociedad catalana en un país donde la izquierda huye de la palabra España y la derecha demoniza el concepto de república. Siempre nos quedará Pessoa: mi patria es mi lengua, el castellano que aprendí, en el seno de mi familia, en Cataluña.