ABC 28/02/13
· Wert celebra el último fallo del Supremo porque cree que avala su reforma educativa.
· Sentencia ambivalente Feliciano Sánchez, el padre al que alude la sentencia, lamenta tener que «volver al principio».
La lucha judicial de las familias catalanas en demanda de enseñanza en castellano para sus hijos prosigue. Convivencia Cívica Catalana Catalana (CCC), la asociación que asesora a muchas de ellas en este proceso, recordó ayer que ya hay un millar de solicitudes, y eso a pesar del desánimo que supone que la Generalitat practique una abierta insumisión ante las sucesivas sentencias judiciales.
En este sentido, la asociación que preside Francisco Caja recordó ayer que, de acuerdo con lo establecido en la última sentencia del Tribunal Supremo (TS), conocida el martes, el Gobierno catalán está obligado a «satisfacer el derecho de esos padres a que sus hijos reciban una enseñanza bilingüe». No obstante, en Convivencia Cívica la sensación es ambivalente. Por un lado celebran el enésimo fallo que reconoce el derecho a una enseñanza bilingüe y apuntan la posibilidad de que el mismo permita extender el uso del castellano en la «clase o escuela» aunque solo un padre lo haya solicitado. Por otro, lamentan que el tribunal no haya trasladado ese derecho individual al conjunto del sistema, lo que habría supuesto la revisión de la inmersión al completo.
En declaraciones a ABC, Feliciano Sánchez, el padre al que alude la sentencia del Supremo, lamentó el fallo, que para él significa «volver otra vez al principio». La batalla en favor del bilingüismo no ha sido ni fácil ni corta. Sánchez comenzó a batallar para que el castellano sea vehicular en 2003, y después de que en 2006 la Generalitat le denegase el bilingüismo para sus hijos, no ha cejado en reclamar este derecho, con suerte desigual, ante los tribunales. Acompañando a Sánchez, CCC anunció más recursos si la Generalitat no cumple «con los derechos que les reconoce la sentencia del TS».
En este contexto, el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, consideró que el fallo del Tribunal Supremo coincide «exactamente» con el anteproyecto de reforma educativa, la Lomce, al reconocerse al castellano y al catalán como lenguas vehiculares. La interpretación del ministro difiere por completo de la de la consejera de Educación catalana, Irene Rigau, que ayer señalaba que confía en no tener que llegar a la «insumisión», convencida de que el Gobierno modificará la Lomce antes de su entrada en vigor. Frente al triunfalismo y las advertencias de Rigau, el ministro Wert fue rotundo: «La sentencia en absoluto se sitúa en una línea opuesta al uso de lenguas cooficiales que establece la Lomce».
ABC 28/02/13