Del Blog de Santiago González
Saber mentir es habilidad que requiere algunas condiciones previas: una de ellas, ser más inteligente que el auditorio. Otra, tener muy buena memoria.
El ministro del Interior es un mentiroso. En parte por voluntad propia, en parte por granjearse las simpatías del amo del cotarro, aunque no hay peligro de que lo supere en esta maña. Sánchez miente sin necesidad, aunque las circunstancias no lo exijan ni lo disculpen. Después de la destitución del coronel Pérez de los Cobos, comunicada al interesado por su directora general, María Gámez, el domingo, 24 de mayo a las diez y media de la noche, el ministro tuvo que dar explicaciones. Y mintió, claro, el miércoles, 27 en el Congreso y el viernes, 29 en el Senado, al decir que “ni yo ni nadie del Ministerio del Interior, ni de la Dirección General de la Guardia Civil ha solicitado al coronel Pérez de los Cobos el informe sobre el 8-M ni se ha interesado por su contenido”.
Poco después, ante el escándalo levantado por la destitución, el ministro Grande tuvo un hallazgo genial: “injerencia es una palabra que no conjugaré nunca”. Natural, la gramática española solo permite conjugar verbos, nunca sustantivos. El ministro había sido desmentido por la Directora General, que la noche de aquel domingo, a las 22:30, según precisión de la diputada Macarena Olona, le exigió precisiones antes de comunicarle el cese.
Mintió el ministro al explicarlo como “un proceso natural de sustitución”. Un proceso semejante se remataría en día laborable y en horario de oficina. Y tendría preparado el relevo para ejecutar en el mismo acto ‘la sustitución’. Han pasado diez días desde la destitución verbal sin que la Guardia Civil y el Ministerio hayan dado con un relevo para el coronel jefe de Tres Cantos. Ahora se ha conocido la nota interna de María Gámez aquella misma noche: “por no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la G.C. en el marco operativo y de Policía Judicial con fines de conocimiento”. Lo que Gámez explicó al coronel Pérez de los Cobos requiriendo por tercera vez en el día (antes, esa misma tarde, lo habían hecho el general general Berrocal y el teniente general Santafé) el informe que los subordinados del coronel habían elaborado para la juez Rodríguez-Medel fue que: “Es una investigación delicada para el Gobierno y tenemos que conocer lo que la Guardia Civil está entregando a la jueza”. Es esta frase la que aclara el texto de la nota interna. Lo que interesaba al Gobierno era el contenido del informe, no que la G.C. estuviera desarrollando ‘una investigación’ para la juez, cualquier investigación.
Cuando el teniente general Ceña dimitió por desacuerdo, volvió a mentir el ministro al sugerir que la causa era un adelanto de una semana en el retiro. No explicó la razón de que el DAO decidiera ahorrarse esa semana al día siguiente de la destitución de Pérez de los Cobos. Si Grande Marlaska tuviese la mitad de la entereza moral que le supusimos cuando era juez, ya habría dimitido. Pero este es otro aspecto de su personalidad que ha copiado al doctor Sánchez. Y total, pa na; todo lo del 8-M se lo explicó muy confianzuda la ninistra Montero a una colegui de ETB, jo, tía.