Tonia Etxarri-El Correo
Con la tasa de paro juvenil más alta de Europa y en campaña electoral, la pelea por el voto joven está siendo tan a la desesperada que se está convirtiendo en una subasta. El Consejo de Ministros ayer pasó a limpio el anuncio que había efectuado Pedro Sánchez en un mitin electoral del PSOE. Por su cuenta, sin encomendarse a nadie ni haber informado previamente a sus socios de gobierno.
Se ha lanzado con la línea de avales al ICO para financiar el 20% de la primera hipoteca a los jóvenes creyendo que la gente no tiene memoria (antes ya había oído propuestas similares en la oposición) y sin calcular las concreciones de sus anuncios. Los que ha hecho en las últimas semanas nos cuestan ya 10.000 millones de euros. No sabemos qué puede hacer una mujer de 30 años con esa ayuda para hipotecar una casa que no piensa comprar porque no tiene trabajo. Por ejemplo. ¿No sería mejor enseñar a pescar a quien aguarda pacientemente con su caña, como dice el proverbio chino, que regalarle un pez? Lo que necesitan los jóvenes de nuestro país es oportunidades para encontrar trabajo de calidad y no una paga o un cheque cultural que no les permitirá independendizarse económicamente.
Pero así está el laboratorio de La Moncloa, en un momento de nervios por captar el voto joven. Y de las improvisaciones surgen los errores. Y las acciones unilaterales del presidente del Gobierno. Feijóo, que también puja por el voto joven, como hizo Aznar en 1996 y Rajoy en 2011, reivindica su ‘copyright’ en medidas que ahora anuncia Sánchez como propias. Ay, las prisas, presidente. Hasta el punto de que el PP ha lanzado un vídeo recogiendo todas las veces que Sánchez ha copiado (mal) sus propuestas.
No se inventan nada. De la misma forma que en abril Feijóo ya pidió bonificar el Interrail a los jóvenes con tarifa plana, y al final sus propuestas para reformar la ley del ‘sólo sí es sí’ fueron recogidas por el PSOE, las comunidades del PP llevan tiempo ofreciendo avales hipotecarios a los jóvenes. No sólo eso. Esta semana el Congreso debería aprobar una propuesta registrada por el PP para avalar el 15% de la vivienda para jóvenes. Que la tumbarán porque Sánchez ha estirado un poco más el chicle. Hasta el 20%. Y se la ha apuntado como suya.
Con este panorama, los socios de gobierno (Podemos y Sumar) no ocultan su enojo porque estas ayudas no modifican el mercado inmobiliario, porque no fueron informados y porque viven mal que el PSOE plagie medidas del PP. No se moverán de la silla ministerial pero están enfadados. Que conste en acta. Y ahí les secunda ERC. Un acuerdo de inmediato cumplimiento que, al no tener forma de ley, no pasará por el Congreso. El PNV sigue perfilando su estudiado distanciamiento de Sánchez desde la polémica Ley de Vivienda y su pugna electoralista con Bildu.
¿Pero cuál es la clave de tantos sobresaltos y movimientos giratorios? Que hay un 50% de jóvenes en todo el país que todavía no han decidido a qué partido van a votar.