Mirar el censo

No es seguro que la legalidad empuje a Batasuna a romper definitivamente con ETA o lleve a la banda a abandonar las armas. Más bien al contrario. La vuelta a las instituciones elimina el incentivo principal que ha tenido Batasuna para presionar a los terroristas. Los pasos dados por la izquierda abertzale han sido fruto de la necesidad de recuperar la legalidad. Desaparecida esta necesidad, desaparece también el estímulo para que Batasuna se enfrente a la banda.

La captura de los jefes del ‘aparato político’ de ETA, con ‘Thierry’ al frente, en mayo de 2008 en Burdeos dejó en manos de la Policía francesa una ingente cantidad de material informático. Uno de los documentos intervenidos era un manual para buscar datos de empresarios en los censos electorales. «Tenemos el censo de Euskal Herria Sur del 2007, el censo del Estado español sin embargo, es del 1999 (…) -señalaba el texto etarra-. Además de la dirección del empresario, también recogemos la dirección de la familia (hijos, padres) ya que es una información importante, por un lado para utilizarlos como destinatarios de las cartas (a veces se las enviamos a direcciones de los familiares, para aumentar la presión)».

La participación de la izquierda abertzale en las elecciones ha supuesto para ETA la oportunidad de acceder a los censos y a los datos contenidos en ellos de millones de personas de toda España. En 2004, en Limoges, la Policía gala intervino a la banda 28 discos compactos de alta capacidad numerados del 1 al 28. El primero de ellos llevaba una pegatina con el anagrama del hacha y la serpiente y el siguiente rótulo: ‘Errolda (censo). 1994 eta 1999. Hego Euskal Herria’. El disco número 2 contenía el censo de Sevilla, Málaga y Jaén. Los restantes almacenaban los censos del resto de provincias. Hace tiempo que en la dotación habitual de los comandos de ETA se incluye un ordenador o los discos del censo de la demarcación en la que actúan.

Los censos se han convertido en instrumentos habituales de todos los aparatos de la banda terrorista. Un documento del ‘aparato militar’ de 2008 menciona el nombre de una mujer, supuesta ertzaina, indicando que trabaja en una localidad guipuzcoana. «Marido cipayo. Mirar en el censo para saber si viven» en esa localidad, se ordena. Viene después otro nombre y se anota «picolo (guardia civil). Mirar en el censo». Como el militar, los aparatos de extorsión y de falsificación de la banda han hecho un uso intensivo de las listas de electores obtenidas por las candidaturas de la izquierda abertzale y pasadas de inmediato a ETA.

La presencia de candidatos de la izquierda abertzale en las listas de Bildu ha hecho surgir el temor de que los censos de electores actualizados acaben en las manos de los terroristas. Ese es un problema de seguridad, pero no probablemente la consecuencia más importante que plantea la legalización de las candidaturas de la coalición en la que las gentes de Batasuna -disfrazadas de independientes- se codean EA y Alternatiba.

No es seguro que la legalidad empuje a Batasuna a romper definitivamente con ETA o lleve a la banda a abandonar las armas. Más bien al contrario. La vuelta a las instituciones elimina el incentivo principal que ha tenido Batasuna para presionar a los terroristas. Los pasos dados por la izquierda abertzale han sido fruto de la necesidad de recuperar la legalidad. Desaparecida esta necesidad, desaparece también el estímulo para que Batasuna se enfrente a la banda.

Florencio Domínguez, EL CORREO, 8/5/2011