EL MUNDO – 07/03/16
· Rechaza el pacto de Rivera y Sánchez como base del diálogo porque el Congreso lo tumbó Podemos les exige que retiren el documento.
· Arranca la primera semana tras la investidura fallida de Pedro Sánchez y las posiciones de las fuerzas políticas se mantienen inamovibles. Tras el agrio debate en el Congreso el enrocamiento de unos y otros parece haberse consolidado. Se destacan las incompatibilidades y se diluyen las coincidencias.
PSOE y Ciudadanos, pese al fracaso cosechado, aseguran estar dispuestos a fortalecer su vínculo y mantener en pie la propuesta de gobernabilidad que firmaron, intentando sumar a partir de hoy más apoyos a la misma.
Desde Moncloa y desde el PP se observa este empeño como un intento de «adulterar» las negociaciones para formar Gobierno, habida cuenta de que el Congreso ya ha rechazado con un «no rotundo» a Sánchez y su programa. En la Moncloa ponen el acento en que la investidura no es únicamente un trámite en el que se aprueba o rechaza a un aspirante a presidente, sino también y, sobre todo, el acto por el cual los representantes de la soberanía nacional otorgan o no su confianza a un programa de Gobierno.
En el caso de la investidura fracasada del candidato socialista, en el Partido Popular entienden que la Cámara rechazó por abrumadora mayoría (219 votos en contra frente a 131 a favor) la propuesta de gobernabilidad que presentó con el único apoyo de Ciudadanos, cuarta formación del Hemiciclo.
En consecuencia, creen que mantener dicho programa fallido –que para el PP no tiene más objetivo que la demolición de las reformas aprobadas a lo largo de la pasada legislatura, y para Podemos es una concesión a las políticas económicas de la derecha–, como la única base de nuevas negociaciones contradice el pronunciamiento del Congreso.
Para los populares, la candidatura de Sánchez ha decaído y con ella la propuesta de «Gobierno de cambio» que sometió a la Cámara.
Desde la formación que lidera Pablo Iglesias, su secretario de Organización, Sergio Pascual, insistió ayer en la idea de que «219 diputados han dicho no» a la vía PSOE-Ciudadanos. «Una vez esto», añadió, «Pedro Sánchez está obligado a explorar otras posibilidades».
Podemos interpreta el rechazo del Congreso a la investidura del secretario general del PSOE de una forma muy similar al PP, aunque por motivos bien distintos.
La formación de Pablo Iglesias, tal y como manifestó su secretario de Organización, urge al líder socialista a realizar «una lectura adecuada del resultado del debate de investidura».
También Podemos cree que la propuesta sobre la que se ha sustentado el pacto entre el PSOE y Ciudadanos ya no vale. «Lo que no puede hacer es venir a decirnos que le da igual lo que haya dicho el Congreso y volver a poner sobre la mesa el mismo papel», argumentó Pascual. La formación morada, que se declara incompatible con C’s, el socio de pacto del PSOE, rechaza de plano un acuerdo que, según ellos, no deroga ni la reforma laboral ni la ley mordaza y, además, no deja margen al derecho a decidir que defienden los nacionalistas.
Pese al análisis coincidente sobre la no validez de la propuesta de Gobierno de PSOE y C’s, es una evidencia que a PP y Podemos no les mueven los mismos intereses. Los populares presionan para que el PSOE acepte la fórmula de gran coalición a la alemana que propuso Rajoy desde el principio, pese al rechazo tajante que ya les ha dispensado Ferraz.
Podemos, por su parte, pretende atraer al PSOE hacia un diseño de Gobierno compartido de izquierdas en el que también tenga cabida Izquierda Unida y que contaría, aseguran, «con las simpatías» de otras formaciones que podrían facilitarlo con su abstención, en clara referencia a las fuerzas nacionalistas.
Igualmente, desde IU también se da por muerto el acuerdo presentado en la investidura. Su líder, Alberto Garzón, advirtió ayer ante el Consejo Político Federal que no apoyará «de ninguna forma» una propuesta que incluye «elementos programáticos antagónicos» con los que defiende su formación.
Más aún, el coordinador federal de IU, Cayo Lara, llegó a plantear la posibilidad de dirigirse al «tejido social, sindical y político» que rechaza las políticas de austeridad de la derecha y convocar una movilización «por un programa de mínimos» que sirva de base a un Gobierno «de progreso».
Garzón mantiene en pie la idea de volver a reunir la llamada «mesa a cuatro» en la que se sentarían de nuevo PSOE, Podemos y sus confluencias, Compromís y la propia IU para diseñar un plan de Gobierno alternativo. Por el momento, los socialistas descartan esta idea porque excluye al partido de Albert Rivera que ha sido hasta la fecha su único apoyo.
Ayer, todas las fuerzas expresaron su deseo de evitar nuevos comicios, pero las férreas posiciones que mantienen en esta fase en la que ya corre el calendario electoral no apuntan a otra solución.
EL MUNDO – 07/03/16