EL MUNDO – 01/05/15
· El responsable de Programas acusa: «A veces este partido se parece a lo que queremos sustituir»Iglesias responde: «No comparto algunas de sus reflexiones. Ha dimitido y yo lo he aceptado».
Podemos no se reconoce a sí mismo y ha terminado por estallar a tres semanas de las elecciones autonómicas y municipales. Juan Carlos Monedero, uno de los padres del partido y el principal referente ideológico desde la fundación, dimitió ayer como número tres renegando precisamente de la deriva en la que ha entrado la formación en los últimos tiempos, señalando expresamente el peor de los pecados que puede cometer Podemos: perder los principios y la «frescura» de su «origen» para «parecerse» a «lo que queremos sustituir», los partidos de la casta.
Sus declaraciones, tan sinceras como ácidas y que resonaron como la voz de la conciencia más izquierdista de Podemos, resquebrajaron al partido, sumiéndole en la mayor crisis interna de sus apenas 15 meses de vida. Muy duro, Monedero desertó de la estrategia implantada por Íñigo Errejón para moderar las posiciones políticas y parecer «buenos chicos», y alertó de que imponer una concepción «más práctica» de la política abandona «las necesidades de la comunidad».
La profunda conmoción que para Podemos representa la marcha de Monedero es la viva fotografía que dejó el propio Pablo Iglesias ayer, en un programado acto público en el que todo lo demás pasó a ser intrascendente. Abatido, cabizbajo por momentos y rodeado de una expectación mediática agobiante, el líder de Podemos pronunció sus palabras más «amargas» cuando anunció la dimisión de uno de sus «mejores amigos» y de una «figura determinante» en las «biografías políticas» de los actuales dirigentes de Podemos y de la formación. Cuando todo el mundo esperaba una reacción por las incendiarias manifestaciones de Monedero, Iglesias sorprendió al comunicar que éste había dimitido y que él había «aceptado». El sobresalto provocó hasta algún grito de sorpresa en la sala.
El adiós de Monedero tiene ahora mismo consecuencias imprevisibles
El hundimiento anímico entre los dirigentes y miembros de Podemos era ayer total por la cercanía de la campaña electoral. Podemos había fiado gran parte de su futuro a esta primera vuelta de las generales de noviembre y ahora no sabe qué factura le puede pasar esta dimisión en un momento en el que el partido pierde apoyos en todos los sondeos.
Monedero había jugado un papel esencial en la primera línea de Podemos hasta su caída en desgracia, cuando se descubrió que había cobrado 425.000 euros del régimen chavista de Venezuela y de otros países bolivarianos por unos trabajos de asesoría nada claros sobre los que todavía no se han dado las debidas explicaciones, y por los que tuvo que hacer una declaración complementaria en Hacienda para pagar más impuestos. Relegado a un rol secundario, el hasta ayer número tres de Podemos ha pasado desde entonces por un purgatorio personal donde todo el que ha tenido un trato cercano con él se sorprendía por encontrarse con una persona profundamente abatida y triste.
Monedero ha tenido que convivir con la amargura de ver en entredicho su integridad mientras tenía que redactar el programa de Podemos para las elecciones. A este desamparo por su situación personal, como dejó en evidencia ayer, se ha unido, como una losa, una profunda decepción por la deriva de Podemos hacia unos postulados más moderados implantados por Íñigo Errejón y Carolina Bescansa; más partidarios de girar a Podemos hacia posiciones moderadas, en busca de los electores del PSOE y alejados de los simpatizantes más ideologizados o de la izquierda ortodoxa.
«Creo que [Podemos] tiene que recuperar la frescura que nos llevó a nacer. Tenemos que prestarle más atención al lugar de donde venimos. Más atención a lo que nos dio origen que al lugar donde queremos ir. Podemos tiene que parecer que somos buenos chicos, que estamos aseaditos y que no vamos a dar problemas al poder, pero es todo lo contrario. Queremos dar muchos problemas al PP y a los que han hecho de España un país subdesarrollado», criticó Monedero en una entrevista en La Cafetera de Radiocable, donde reclamó recuperar «la irreverencia».
El último sermón moral de Monedero, desde el púlpito ideológico que aún conserva, agitó un debate tan viejo como abierto sobre la traumática reconversión de Podemos desde un movimiento con ideales y principios del 15-M a un partido que ahora es «rehén» del «juego electoral» y de la obsesión con el poder.
Es la «tensión» entre las «dos almas» de Podemos, subrayó Monedero. La misma que llevó a Pablo Echenique y Teresa Rodríguez a liderar un frente crítico contra Iglesias en el congreso fundacional. Porque, al fin y al cabo, lo que hizo Monedero ayer fue un alegato inédito por boca de un dirigente de los postulados del sector crítico, con los que cada vez se identifican más las bases izquierdistas.
Monedero denunció la irrelevancia en la que han caído las bases, a las que cada vez se escucha menos y se tienen menos en cuenta. «Podemos cae en este tipo de problemas porque deja de tener tiempo para reunirse con un pequeño círculo porque es más importante un minuto de televisión». Y otro dardo: «Podemos tiene que dejar de mirarse en espejos que no son los suyos. Tenemos que quitarnos las telarañas de las urgencias de la partitocracia»
Iglesias, «enormemente» dolido», replicó: «No comparto esas reflexiones pero no quita que sean valiosas».
EL MUNDO – 01/05/15