EL MUNDO 25/01/14
· La Generalitat exige que ofrezcan las cifras de 2011 con el cálculo tradicional.
A la espera de que hoy llegue en AVE el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la plana mayor del PP y del Ejecutivo desembarcó ayer en Barcelona para intentar ofrecer a los catalanes datos objetivos que expliquen por qué les interesa seguir siendo españoles. Uno de los más zalameros fue el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que no obstante aprovechó la ocasión para anunciar un cambio en el cálculo de las balanzas fiscales. A partir del mes de marzo, el Ejecutivo publicará las «cuentas públicas regionalizadas» para tratar de esquivar las denuncias nacionalistas.
El ministro de Hacienda quiere, con esta medida, salir al paso de uno de los principales argumentos del desafío soberanista de CiU y Esquerra: el del déficit fiscal de Cataluña. La cifra de 16.000 millones de euros, que corresponde a la diferencia entre lo que los catalanes pagaron en impuestos tanto en 2009 como en 2010 –ambos ejercicios arrojan un saldo muy parecido– y lo que el Estado gastó en Cataluña, se ha convertido en un arma recurrente.
De hecho, ambos partidos transformaron el asunto en eje central de su última campaña electoral. Los líderes de CiU, por ejemplo, aparecían en cada mitin en un escenario en el que un panel gigante cambiaba, segundo a segundo, con la cifra que, según avanzaba el tiempo, el Estado iba «expoliando» a Cataluña. En los últimos tiempos, los asesores de Mas han aconsejado al president dejar de privilegiar el argumento del agravio económico, pero es evidente que sigue siendo una de las puntas de lanza de la estrategia de los independentistas.
Por ello, Montoro quiso hacer ayer una enmienda a la totalidad de este tipo de cálculos, para tratar de demostrar que «las balanzas fiscales nunca deben ser motivo de divorcio, ni económico ni político». El ministro recordó que, en realidad, sólo son un instrumento para medir flujos de dinero y que hay diferentes metodologías de cálculo que arrojan diferentes resultados.
Según recordó, cuando habla de un déficit fiscal de 16.000 millones, la Generalitat obvia «gastos públicos como los de Defensa o Exteriores», de los que también se benefician los catalanes como ciudadanos españoles. Por esa razón, el Gobierno, en lugar de publicar las balanzas de 2011 como le exigen los nacionalistas, va a «cambiar la metodología».
«En vez de hablar de balanzas fiscales, pasemos a hablar de cuentas públicas regionalizadas, que es lo que cada una de nuestras administraciones está haciendo por los individuos de esos territorios», explicó Montoro. Y, posteriormente, aclaró que ese sistema «identifica si hay diferencias en la financiación de los servicios públicos que reciben los individuos entre territorios», y que eso es lo que busca el Gobierno.
El ministro de Hacienda afirmó que el Ejecutivo «facilitará los datos a los expertos» a finales de este mes para que los cocinen según esta metodología, y que los números estarán listos en el próximo mes de marzo. «A partir de entonces, abriremos un periodo de transparencia y normalidad», aseguró Montoro, en contraposición con estos años en los que las balanzas fiscales han provocado, en su opinión, «imágenes erróneas sobre lo que es la función de la Administración Pública». «Estamos para que los ciudadanos reciban servicios equivalentes y no para abrir agravios», apostilló.
Pero Montoro estaba en Cataluña, sobre todo, para dar buenas noticias. Por ejemplo: que quiere mejorar la financiación de la comunidad y que la reforma del IRPF que prepara el PP «se notará de manera especial en Cataluña». También insistió en su idea de que España superará la crisis «gracias a Cataluña», y que, de hecho, ya lo está haciendo, como en su opinión demuestra la última encuesta de la EPA.
Pese a ello, también afirmó, contra el discurso nacionalista, que España no supone una losa para los ciudadanos catalanes. «No somos un lastre, y además estamos ante divorcios imposibles económicamente. La prosperidad, el bienestar y el empleo depende de que vayamos juntos, como hemos sabido hacer en un pasado reciente», dijo.
Montoro también tuvo tiempo para recordar la liquidez que el Gobierno ha proporcionado a la Generalitat en estos años en los que ha tenido los mercados cerrados, y anunció que Cataluña recibirá en febrero otros 2.400 millones para pagar a proveedores.
Rápido de reflejos, el consejero de Economía catalán, Andreu Mas-Colell, convocó una rueda de prensa justo cuando Montoro acabó de hablar, para hacer oídos sordos al anuncio del ministro de Hacienda y reclamar de forma reiterada las cifras de las balanzas fiscales relativas a 2011. «Queremos sobre todo transparencia», dijo, para luego asegurar que «nos entenderíamos mucho mejor si todos compartiéramos los mismos datos».
Mas-Colell también anunció que Cataluña recibirá este año 6.300 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), una cantidad muy inferior a los 48.000 millones que él calcula que deberían ser transferidos por el peso de la economía catalana dentro de la española. «No necesitaríamos esta cantidad del FLA si nos devolvieran las balanzas fiscales», aseguró.
El titular de Economía aprovechó la ocasión para volver a denunciar una ofensiva «recentralizadora y contra el autogobierno» por parte del Ejecutivo central, y aseguró que los catalanes lo único que hacen es «defenderse de estos ataques».
EL MUNDO 25/01/14