EL MUNDO 12/05/2013
· El Gobierno está dispuesto a flexibilizar el techo de déficit de Cataluña hasta rozar la reivindicación de Artur Mas, que quiere el 2,1%. El ministro de Hacienda fijó ayer el límite al que puede llegar: el 2%. Cualquier petición superior «no es negociable», advirtió Montoro.
Sólo un día después de que el deshielo regresara a las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat –situación ilustrada en las reuniones que mantuvieron el viernes en Barcelona Mariano Rajoy y Artur Mas y, posteriormente, el mismo Montoro con Andreu Mas-Colell–, el titular de Hacienda se encargó de limitar, en parte, las expectativas del Govern.
Ayer, tras presidir la Junta Directiva del PP catalán celebrada en Barcelona, Montoro confirmó públicamente que superar el 2% de déficit «no es negociable». Argumentó que permitir esa escalada en el gasto de la Generalitat sería contraproducente tanto para el Gobierno como para la propia Generalitat. Según interpretó, regresar a la senda del déficit de 2012 –situado en torno al 2%– «entorpecería» la senda de Cataluña hacia la recuperación de «la credibilidad» ante los mercados financieros internacionales, que mantienen las puertas cerradas a un gobierno autonómico fuertemente endeudado.
Uno de los argumentos de Montoro para no ceder hasta las exigencias de Artur Mas se sustenta, en todo caso, en la divergencia de cálculos del déficit con el que Cataluña acabó 2012. Así, mientras el gabinete de Mas defiende que sus cuentas alcanzaron el 2,3% de déficit y, por lo tanto, el de este año no debería ser inferior para evitar nuevos recortes traumáticos para los ciudadanos, el Gobierno lo rebaja al 1,96%. Una cifra que, según sostuvo ayer Montoro, no debería superarse en ningún caso para sostener el equilibrio de las cuentas públicas.
En todo caso, las palabras del titular de Hacienda y los recientes acercamientos entre ambas administraciones dejan claro que el Gobierno accederá finalmente a flexibilizar el techo de gasto de Cataluña muy por encima del 1,2% marcado inicialmente para todas las comunidades autónomas. Una financiación asimétrica que, pese a ser criticada por algunas autonomías, cuenta con fuertes defensores en el mismo seno del PP. Entre ellos destaca la líder de los populares catalanes, Alicia Sánchez-Camacho, quien ayer trasladó a Montoro la necesidad de que Cataluña obtenga mayor oxígeno en cuanto al gasto. Eso sí, sin alcanzar las peticiones de Mas. Sánchez-Camacho aprovechó la presencia de Montoro en Barcelona para tratar de erigirse en la gran conseguidora de un mayor déficit para Cataluña.
Trasladó a su compañero de filas sus propios cálculos, que situarían en una horquilla de entre el 1,5% y el 1,8% el techo del gasto catalán. Una cifra que el ministro no tuvo reparos en admitir más cercana a sus previsiones y que, para la líder del PP catalán, debería acabar con la congelación de los Presupuestos de la Generalitat, prorrogados a la espera de que el Gobierno otorgue la cifra definitiva en junio.
Mas, en todo caso, no está solo en sus reclamaciones. El PSC volvió a sumarse a la campaña contra el corsé económico del Gobierno para lograr la recuperación económica. El líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, además de aplaudir ayer el nuevo acercamiento entre el Gobierno y la Generalitat, aseguró que «cualquier nivel de déficit que esté en el 2% es todavía inferior a lo que necesita el país».
El caso de Cataluña podría no ser el único ejemplo de mayor relajación financiera que observa el Gobierno. La consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía, Carmen Martínez Aguayo, reconoció ayer que también está manteniendo negociaciones bilaterales con Montoro sobre un nuevo objetivo de déficit, según informa Europa Press. Tras considerar que las negociaciones entre el Gobierno y Cataluña son «lógicas y normales», Aguayo reconoció haber «tenido varias reuniones con Montoro» para tratar de obtener un déficit asimétrico «con el que estamos de acuerdo».
Una teoría de reparto entre las autonomías a la que se sumó también ayer el líder de IU, Cayo Lara, quien considera que el Gobierno debería repartir el déficit obtenido de la UE entre todas las autonomías para frenar la política de austeridad: «No se pueden producir recortes en sanidad y en educación ni en Cataluña, ni en Andalucía ni en el País Valenciano», señaló.
La posibilidad de establecer reglas diferentes dependiendo del caso, no obstante, sigue soliviantando a otros partidos. Es el caso de UPyD, cerrada a ofrecer cualquier tipo «de privilegio» a un territorio –Cataluña– sobre otros. Su líder, Rosa Díez, llegó a considerar la flexibilización con Cataluña como una suerte de pago «para amansar a la bestia».
EL MUNDO 12/05/2013