Jesús Cacho-Vozpópuli

Morning Joe, Pedro piernas, «es un empresario, político y activista LGTB español, actual Alto Comisionado para la España Nación Emprendedora, órgano dependiente directamente del jefe del Ejecutivo». Íntimo de Su Sanchidad, vamos. También dice la Wiki que «durante el primer gobierno de Sánchez, Polo fue secretario de Estado para el Avance Digital, integrado en el Departamento liderado por Nadia Calviño». Lo que no cuenta es que doña Nadia se lo quitó de encima porque no lo soportaba, ni a él ni a su orquesta de soplagaitas, que estos nunca van solos, de modo que para evitar el escándalo Sánchez lo «arrecogió» en Moncloa, oye, qué menos, que Paco es también miembro de la ejecutiva del PSOE y no le íbamos a dejar en la calle cuando estamos colocando a todos, de modo que hubo que darle un cargo y de ahí lo de «Nación Emprendedora» y tal, cosa que nadie sabe lo que es, ni falta que hace, pero queda pintón, maestros del lenguaje que son, genios vaciando las palabras de sentido, artistas poniendo a mamar conmilitones del Presupuesto. Y dicen eso, que Paco ha sido el responsable de la conjunción planetaria que esta semana ha llevado a Sánchez Pérez-Castejón de turné por los Estados Unidos con gran éxito de crítica y público. En «Guasintón» no se habla de otra cosa.

Polo lo ha organizado todo «mu» bien, porque la internacional rosa tienen tentáculos potentes en NY y California, son muy buenos a la hora de ayudarse, con la embajada arrimando el hombro y la ayuda de una de esas empresas de relaciones públicas yanquis que cobran un pastón por llevarte de aquí para allá. Él es también quien ha enseñado a su amigo la frase en inglés «in the aftermath of the pandemic…» con la que Pedro invariablemente iniciaba estos días cualquier respuesta a cualquier tipo de pregunta. Así, in the aftermath of the pandemic… España ha iniciado una vigorosa recuperación que le va a llevar a crecer mucho más que sus socios de la UE (enchufados al gotero de un BCE dispuesto a seguir comprando las emisiones del Tesoro, con la deuda por encima del 125% del PIB, y con la mitad de las empresas entre la inanidad y la quiebra). O, in the aftermath of the pandemic… España es el país con mejores oportunidades de negocio de toda Europa (como si en los USA no supieran que, además del riesgo que el propio Sánchez representa, gobierna en coalición con un partido comunista, aberración sin equivalencia en la UE, mujeres por ministras con un nivel de formación deplorable, eso sí, ideologizadas hasta el tuétano, sin nociones de casi nada, pero recelosas de todo lo que suene a empresa e iniciativa privada). O bien, in the aftermath of the pandemic… España es una democracia y el Gobierno no va a hacer ninguna reforma, laboral o de pensiones, que ponga nerviosos a los mercados (engañando a Bruselas, lo que más le gusta, dejando hacer a Yolanda matria Díaz, y tratando de dar el golpe definitivo a la independencia judicial, el bastión que le queda por conquistar para poder exhibir ante el mundo la bonita Turquía que le va a quedar de España a este piernas sin complejos).  

Sánchez ha vuelto como fue, la cabeza caliente y los pies fríos, sin un anuncio de inversión y sin una triste portada en la prensa yanqui

Total que, in the aftermath of the pandemic… alguien que no era Carlos E. Cué le preguntó por qué el presidente del Gobierno de España, de viaje por los USA, no visitaba la Casa Blanca para entrevistarse con Biden, y el pobriño no supo qué responder, simplemente salió por los cerros de Úbeda, manzanas traigo, y ahí le calaron, ahí le cataron los yanquis, que Mika Brzezinski y la MSNBC no es Ferreras y La Sexta, ahí no hay segunda oportunidad, ahí si no contestas una pregunta no te la vuelven a hacer, no valen los «Aló, Presidente» sin participación de los medios. Para un presidente que habla un inglés más que aceptable, resulta que miente o no sabe qué decir cuando le ponen en un compromiso. Morning Joe, Pedro piernas.

Pero Paco Polo está contento. Él ha sido quien ha seleccionado a los emprendedores que han acompañado a Supermán en su garbeo por los USA, una empresa con 28 en nómina dedicada a la recarga de coches eléctricos, un capital riesgo con 8 empleados que gestiona un fondo de 180 millones, otra que desarrolla un programa de geolocalización, startups muy interesantes todas, de mucho mérito, ojalá tuviéramos miles, pero que son munición muy ligera para presentarse en Silicon Valley y presumir. Cosas de Paco y su farándula. Y el tonto con ínfulas que cree que va a tener algún impacto en corporate América. Al margen de algún medio latino de segundo nivel, ninguna referencia en la gran prensa americana, cosa, por otro lado, normal cuando, sea quien sea el presidente europeo de turno, de visitar la sede del Imperio se trata.

Ocurre que aquí la armada mediática sanchista nos ha vendido el paseíto con cargo al Presupuesto como si Pedro no hubiera viajado a Nueva York sino a la luna y sin ayuda de lanzadera, que él es muy capaz. Y ha aprovechado el circo para, en clave nacional, que es lo que le importa, enfatizar su capacidad para mentir (soy un político que cumple lo que dice) y arremeter contra la oposición, y, por encima de todo, enviar un mensaje a los españoles en el sentido de tranquilos todos, que nadie se ponga nervioso, que aquí van a llover los millones de Uropa y vaber pa tós, bueno, in the aftermath of the pandemic habrá para la buena gente que se postre a mis pies, miles de millones llegados del cielo como las cornucopias de Arcimboldo, y entonces ¿para qué vas a buscar inversiones si aquí te va a salir el dinero por las orejas, hombre de Dios? ¿O es que has ido a pedir a Larry Fink (BlackRock) que se una a la fiesta y se forre también con los dineros de Bruselas? ¿Es que no tienes suficiente con los del Ibex y el gasto que han hecho en rodilleras nuevas, haciendo cola los pobres a ver qué hay de los suyo…?

En el seno del Ejecutivo no hay más tema de conversación, más luz de guía, más política de ningún tipo, que la recepción de los fondos. La carrera política de Sánchez depende de la llegada de ese pastizal y de su utilización partisana

¿Resultado? Ha vuelto como fue, la cabeza caliente y los pies fríos, sin un anuncio de inversión y sin una triste portada en la prensa yanqui. Pero, eso también, ha regresado dejando tras sí toneladas de ridículo, que a uno le da vergüenza ajena que este fatuo engolado, falso hasta para fingir, sea presidente del Gobierno de España. Y lo de promocionar nuestro país como un nuevo Hollywood, como en los tiempos de Charlton Heston y la diosa Ava Gardner, ha sido un fiasco del que pronto la industria tendrá sabrosos detalles; muy mal José Antonio (Llorente & Cuenca), el amigote de Iván Redondo, ni rastro de los CEO de Warner, Disney, Sony, Netflix y Cía. Pero él ha vuelto feliz, con su autoestima reforzada por esos piropos –en cuentas creadas para la ocasión, qué tío el Paco Polo, está en todo– de tipo buenorro, sexy y suegro con sauna, que alguno ha llegado –esta se te ha escapado, Pedrojosé– a compararlo con JF Kennedy, ahí va Dios, que ya solo le falta la Grandeza de España, aunque todo se andará, porque cualquier título se podrá comprar con la pasta que el cuerno de la abundancia europeo empezará pronto a derramar sobre Moncloa.

Pocas nubes en el horizonte de este final de julio para el Gran Falsario. Bueno, sí, está el amigo Rutte. Mark Rute, primer ministro holandés, que esta semana ha vuelto a renovar su compromiso con su parlamento en el sentido de vigilar muy de cerca el buen uso por parte de España (y de otros países del manirroto Club Med) de los fondos Next Generation UE (NGUE). Lo cual que el de los tulipanes no goza de ninguna simpatía en la piel de toro, que hasta dicen que sigue dolido por el gol de Iniesta, por más que en un país serio un Gobierno serio esté obligado a saber cómo y en qué se van a gastar los Gobiernos del sur de Europa el dinero de los contribuyentes del norte de Europa. Pero, lo dicho, eso no tiene aquí buena prensa y a fe que sería de vital importancia para nosotros que los llamados «frugales» presionaran de verdad para que España pudiera aprovechar («la mejor ocasión que vieron los siglos») ese dinero para modernizar su aparato productivo y ponerlo en vías de crecer con fuerza de forma sostenible y creando empleo.

Pero nadie cree que esa presión, en caso de existir, vaya a serlo en grado suficiente como para influir en Gobiernos reñidos con toda ortodoxia financiera. Los burócratas de Bruselas quieren que el dinero se gaste cuanto antes y a otra cosa, mariposa, y solo la Comisión podría elevar presión suficiente como para evitar que esa fiesta se convierta en la merienda de negros que casi todos tememos. Las cosas podrían cambiar a partir del 30 de septiembre, cuando se conozca el nombre del nuevo canciller alemán que, con todo a favor, apunta al líder de la CDU, Armin Laschet, un hombre partidario de volver cuanto antes a la disciplina del pacto de estabilidad. Es verdad que Alemania y Holanda, cabezas de los llamados «frugales», se han dejado muchos pelos en la gatera de los NGEU ante sus contribuyentes, y que un fiasco en la utilización de esos recursos por parte de España e Italia podría provocar una auténtica tormenta política que pondría en peligro el proyecto europeo, pero nadie espera que, de momento, la sangre de esa presión llegue al rio.

Por si fuera poco, al cantamañanas le han llegado esta semana buenas noticias desde Fráncfort del Meno. «No hay novedad, señora baronesa, sin novedad, sin novedad», que decía la canción. Con el lenguaje críptico al que nos tiene acostumbrados, el organismo que dirige la señora Lagarde ha vuelto a decir que, hasta nuevo aviso, el BCE va a seguir con los tipos de interés por los suelos y comprando la deuda soberana que haga falta, y así hasta que… «hasta que la inflación se sitúe en el 2% de forma duradera». Ningún peligro, de momento, por el frente de las variables macro. El tipo puede seguir gastando a más y mejor sin miedo a que nadie le llame al orden ante la inminencia de un endurecimiento del programa de compra de deuda y sin el riesgo de una subida de tipos provocada por un crecimiento inesperado de la inflación.

Nadia está como el faro de La Jument, Bretaña francesa, plantada ante los temporales, presta para evitar que una tormenta en Bruselas pueda derribar un día al impostor

Con ello cuenta, convencido de poder torear a la Comisión, al Parlamento Europeo y al lucero del alba, dispuesto a hacer con el dinero de la NGEU lo que le salga de la punta del bigote. No se habla de otra cosa. En el seno del Ejecutivo no hay más tema de conversación, más luz de guía, más política de ningún tipo, que la recepción de los fondos. La carrera política de Sánchez depende de la llegada de ese pastizal y de la utilización partisana, cuando no ilegal, de un maná con el que secretamente espera comprar la voluntad de un país muy dispuesto a dejarse comprar. Es verdad que la letra pequeña dice que «los desembolsos serán parciales y sujetos a un examen previo por la CE y el Ecofin, examen que tendrá que ver con las reformas prometidas, un calendario concreto y los proyectos financiados», pero él está muy dispuesto a pasarse las reglas por el arco de sus caprichos. Para eso hemos puesto ahí a Nadia, a la que hemos hecho vicepresidenta primera: para que acelere la recepción de los fondos (9.000 millones ya a cuenta) y para que con su saber hacer mantenga el embeleco de sus amigos de Bruselas y no pongan pegas.

Porque Nadia no tiene ningún plan. Ningún programa de reformas, ninguna idea, ningún proyecto de futuro para la economía española. Ella está como el faro de La Jument, Bretaña francesa, plantada ante los temporales, presta para evitar que una tormenta en Bruselas pueda derribar un día al impostor. Aquí las reformas, los cambios, las intrigas las aporta la disparata Yolanda Díaz. Aquí las soluciones son comunistas, no socialdemócratas. Hasta aquí ha llegado la marea de este patético PSOE en liquidación por derribo. Nada de esto le importa al truhan. Le basta con saber que con un poco de suerte podrá llegar indemne hasta finales de 2cuando teóricamente tendrá que convocar generales. Lo tiene difícil, porque el ejercicio de equilibrismo entre la mentira y la traición se antoja largo y dificultoso, especialmente espinoso en lo que al separatismo catalán atañe, pero podría salirle. Agotar la legislatura para aprovechar del tirón de crecimiento que viene y presentarse ante el electorado como el mago que nunca fue. Además, en el segundo semestre de 2023 le corresponderá a España la presidencia rotatoria de la UE, ocasión ideal para multitud de fotos en las que nuestro presidente «sexy y hot» podría volver a lucir palmito. Y mientras tanto, la España democrática, tan demacrada, tan machacada ella, seguirá deteriorándose a pasos agigantados. Dos años largos de desgaste continuo. Bello panorama.023,