Eduardo Uriarte-Editores

Curiosamente los adalides de ese instrumento manipulador de la memoria histórica, de peligrosa consecuencia porque el uso político de los muertos del pasado suele llamar a los muertos del futuro, de historia suelen saber poco y tampoco andan bien de memoria. Descubro con malévola sonrisa el lema del PNV para este pasado Aberri Eguna preelectoral, Indar Berria, que traducido al castellano era el nombre del último grupo fascista que desapareció agónicamente en la Transición, Fuerza Nueva, el partido de Blas Piñar. Por cierto, cuando Blas Piñar se refería al País Vasco lo llamaba Euskal Herria, como los requetés, que es el nombre elegido por  Bildu para distinguirse del PNV que usa el sabiniano de Euskadi.

Estas cosas de la memoria histórica, o la más falsaria de la memoria democrática, son descaradas y peligrosas manipulaciones para uso de la nueva generación de políticos sin escrúpulos que nos dirigen. Aquí, en el País vasco, académicamente, gracias a Gómez y Zubiaga, los asesinatos y la represión en ambos bandos han sido observados con criterios objetivos. Que la historia vaya a sustituir a la manipulación no suele gustar a los sofistas actuales enterradores de la democracia, por eso la historia es una asignatura maldita en toda España.

Aquí, en Euskadi, de momento, no hay campaña electoral, aquí lo que hay es la fiesta de la final en la Cartuja, que a los bilbaínitos les encanta bajar a tomarse unos chatos y descubrir el poso que sus antepasados dejaron en Sevilla. Cuando pase la resaca nos enteraremos que hay elecciones, aunque sean sosas teniendo en cuenta, al contrario de las catalanas, que no inciden de manera directa en la gobernabilidad, en la crisis de gobernabilidad, de España. Salvo que se desplome el PSE.

Si gana Bildu y el partido de Sánchez se desploma, va necesitar el voto del PP el jelkidismo para salir del atolladero, problema para Sánchez y su discurso del facherio y del guerracivilismo, por lo que le endiñará el problema al PNV para que pacte con Bildu a pesar que eso suponga poner a toda vela también en estas tierras el soberanismo hoy abanderado por los sediciosos catalanes. Interesante. Han sido tantos los apoyos ofrecidos a ETA y a HB por parte del PSOE, primero con una larguísima negociación con ETA, después con la legalización de HB, posteriormente con su blanqueamiento, como para que este movimiento no arrastre hoy electoralmente a una sociedad conformada en el nacionalismo.

De esta manera se puede contemplar la existencia de dos duelos electorales. El del PNV contra Bildu y el del PP por incrementar escaños y recogerlos del PSE. Aunque es muy probable que el PP se vuelva a equivocar, ponga un tono afable y foralista ante el PNV, y la gente, harta de la pasividad de la derecha le acabe votando al PNV, al fin y al cabo es el partido de Jaungoikoa (de Dios) y del Athletic. Soy de la opinión de que si ganan los pupilos de San Mamés, a pesar de los inaguantables solos de txalaparta selvática que nos deleita al graderío por aportación cultural de la izquierda abertzale, las elecciones las ganará el PNV (los del mundo radical son más bien de la Real (por cierto, REAL Sociedad, otra para la memoria). En conclusión, unas elecciones sin fuste, o sin fundamento, como diría Argiñano, en un país camino a paso festivo hacia su independencia ante el vacío constitucional de España activado por el sanchismo.