EL MUNDO 10/08/14
· Urkullu pide «ayuda» a Rajoy para que los presos se «liberen» de la banda y de Sortu
Iñigo Urkullu quiere reunirse con Mariano Rajoy entre otras cuestiones para pedirle que sea «más atrevido» con la política penitenciaria, porque conseguiría que «muchos presos se desliguen de la estrategia de la organización terrorista ETA o de la izquierda abertzale». El lehendakari cree que son «muchos» los que quieren «liberarse» de ambas «ataduras internas»: la de ETA, que quiere convertirse en un «agente político», y la de Sortu, que utiliza a los reclusos «en clave victimista».
Frente a ambas «estrategias», Urkullu aconseja al presidente del Gobierno dos medidas: por un lado, trasladar a los reclusos terroristas a cárceles cercanas; por otro, «reactivar la vía Nanclares» ensayada por el PSOE, que consistía en acercar sólo a los críticos y concederles beneficios penitenciarios si rompían con la banda, pedían perdón a sus víctimas y colaboraban con las autoridades, según marca la legislación. Actualmente algunos de esos reclusos están recibiendo permisos, pero por mandato de la Audiencia Nacional y con el criterio en contra de la Fiscalía. Para el lehendakari, esto es un «retroceso».
El presidente vasco puso el ejemplo del homenaje que el arrepentido Ibon Etxezarreta brindó a Juan María Jáuregui, en cuyo asesinato participó de forma directa. «Creo que es un ejemplo que va a cundir en otros presos», dijo Urkullu a Efe. Pero para eso, insistió, «hace falta una política penitenciaria diferente», que impulse las vías de reinserción y conceda beneficios a quienes se arrepientan y se muestren dispuestos a colaborar. Si el objetivo de la política penitenciaria es la resocialización, «hay que ayudar» a los presos que han mostrado su arrepentimiento, subrayó; sin olvidar la historia ni «renunciar» a la verdad y a la justicia.
Tras el gesto realizado por Etxezarreta hace dos semanas y la entrevista en este periódico del también arrepentido Iñaki Recarte el lunes, socialistas, nacionalistas y algunas voces del PP vasco han planteado la necesidad de que el Gobierno facilite el camino a quienes rompen con ETA y son repudiados por Sortu.
Desde la Ejecutiva popular defienden que ya lo están haciendo, aunque ahora no se llame vía Nanclares y aunque Instituciones Penitenciarias ya no fomente que se reúnan con víctimas y asistan a talleres con políticos e intelectuales. De hecho, afirman que hay una decena de presos que se ha incorporado al plan de reinserción ideado por Interior, como el recluso condenado por colaboración con ETA Asier Arronategi, el primero en libertad condicional tras firmar ante notario que «repudia la actividad terrorista de ETA» y expresa su «arrepentimiento».
Mientras tanto, la cúpula de la banda, que anunció su «cese» en 2011, no se disuelve. El lehendakari reconoció ayer que la entrega de un ridículo puñado de armas fue una «escenificación no muy afortunada» con los verificadores internacionales en la cual él mismo «se mojó hasta las cachas», y añadió que no tiene «ninguna prueba» del desarme que ETA ha anunciado.
Urkullu entiende que los terroristas están dilatando los tiempos a su «conveniencia» y reclamó el «desarme total y verificado» de la banda, en el cual su equipo se involucrará si es «necesario». Al líder nacionalista no le cabe en la cabeza que, ante una ETA que quiere desarmarse, Moncloa «no quiera tener ni siquiera interlocución».