del Blog de Santiago González

Pues nada, que gane la mejor. De momento va por delante Teresa

El gran momento épico de Podemos tenía que llegar así, en un duelo sin cuartel entre dos mujeres empoderadas, aunque yo ya no sé si cuando se dice esto se quiere decir realmente ‘empotradas’. En un lado, la ministra Ceaucescu, pareja del secretario general de Unidas-Podemos y vicepresidente del Gobierno. En el otro, Teresa Rodríguez, ex secretaria general de Podemos Andalucía, que ha sido expulsada del grupo parlamentario.

La cosa tenía el morboso atractivo de lucha de chicas en el barro. Uno conoció a Teresa gracias a una entrevista que le hizo en este diario Emilia Landaluce, en la que revelaba un alto grado de eclecticismo en sus influencias políticas e intelectuales, a saber: “mi madre, Rosa Luxemburgo, Salvador Allende, Miguel Hernández y Federico García Lorca”. Irene Krupskaya no ha revelado nunca, que uno sepa, otros guías de su intelecto que su novio. Ella ha sido siempre más una mujer de acción y como tal, expeditiva, recuérdese su decisión de trasterrar detrás de una columna a la anterior pareja de su galán. No es que Tania fuese más intelectual que Irene, estaba más en la línea de Iglesias: él atribuía la teoría de la relatividad a Newton y ella se confesaba muy partidaria de Thomas Mann desde que leyó su novela ‘La ciudad mágica’.

La cuestión es que Teresa ha sido expulsada mientras estaba de baja por maternidad y ha protestado por ello, lo que ha merecido  una respuesta enérgica de Irene Montero: “Yo he tenido dos embarazos muy seguidos y la política no para mientras estamos de permiso”. Irene no aclara de dónde fue expulsada ella durante sus bajas maternales.

Uno se considera liberal hace ya tiempo en la polisémica interpretación de Woody Allen, cuando le contaban que un personaje femenino era muy liberal y él preguntaba con mucho interés: “¿políticamente o en la cama?” Así pues, comprensivo o tolerante a fuer de liberal, jamás pondría el menor reparo a lo que pueda ocurrir entre dos personas o varias en la intimidad de una alcoba, siempre que haya acuerdo en ello. “El sexo entre dos personas que se aman es hermoso. Entre cinco tiene que ser fantástico” es otra gran ocurrencia  del autor de Annie Hall. Por eso, cuando el novio y mentor intelectual de la ninistra de Igualdad le confesaba a su conmilitón Monedero su sueño húmedo “de azotar hasta que sangre” a una periodista de derechas, ella debió pedir para sí la exclusiva de los azotes, si le va ese rollo. Mariló Montero, denunció al Varón Dando ante el Instituto de la Mujer y ante la opinión pública, sin resultados apreciables.

Luego estaba que la mujer soñada era mucho tomate para ese par de huevos. Lo explicaba Cristina Seguí en un artículo que publicó en Ok Diario, en el que dejaba esta sentencia final sobre el macho alfalfa, con una evaluación que afecta a sus mujeres: “Y no hay nada salvo menoscabo personal en las mujeres dependientes de un Iglesias cuya hombría está más fragmentada que su idea plurinacional de España”.

En el duelo de las chicas, Irene ha patinado al acusar a Teresa de compararse con una trabajadora precaria despedida: “cobras todo tu salario de política”. Teresa ha replicado: “Cobro mi salario de profesora, el resto lo dono. Todo el mundo sabe que no estoy en política por dinero, porque yo sí tengo un curro al que volver y la política no me cambió de barrio”. Letal.

Mecano cantaba en sus viejos tiempos: “¿Quién detiene palomas al vuelo/ volando a ras de suelo/ mujer contra mujer?”, aunque muy probablemente las mujeres de las que hablaba José Mª Cano  no eran estas dos gracias, eran otras palomas.