EL CORREO 16/08/13
· El obispo de San Sebastián advierte de que «el diálogo sólo tiene sentido con una condena explícita del terrorismo».
SAN SEBASTIÁN. El obispo de San Sebastián entró ayer de lleno en el debate político por la conferencia de alcaldes por la paz anunciada por el regidor donostiarra, Juan Karlos Izagirre, para octubre. José Ignacio Munilla, aprovechó su homilía con motivo de la festividad de la Virgen de la Asunción para proclamar que «la paz no debe ser devaluada ni manipulada». El prelado utilizó su intervención para dedicar tres reflexiones a la izquierda abertzale como principal destinataria, además de a los presos de ETA. Les advirtió de que el diálogo por la paz debe recoger una condena explícita de la banda, que los foros internacionales sobre pacificación y normalización deben incluir a las víctimas del terrorismo y recabar su apoyo, y que la existencia de «diversos tipos de violencia» no tiene que ser utilizada como «maniobra de distracción» y para «liberar del arrepentimiento y el perdón» por el daño causado.
El discurso fue muy distinto al del año pasado, centrado en la asignatura de religión. Munilla, esta vez, entró de lleno en el debate político en torno al proceso de pacificación de Euskadi tras el cese de la actividad armada de ETA. Aunque no es la primera vez que critica a la izquierda abertzale, el obispo fue ayer especialmente duro.
Ante cientos de fieles, la primera reflexión de Munilla fue que «el diálogo sobre la paz sólo tiene sentido en el supuesto de que se inicie y se concluya con una condena explícita al terrorismo, así como a todo tipo de violencia». Una crítica velada a la Conferencia de Aiete que dio lugar a una declaración que es defendida por la izquierda abertzale y la coalición Bildu como hoja de ruta para la pacificación y normalización de Euskadi. En ella se reclama un diálogo a los gobiernos español y francés con ETA y un cambio en la política penitenciaria, pero no se recoge un rechazo nítido a la actividad de los etarras.
Las palabras del obispo significaron, asimismo, su primer pronunciamiento público en torno a la conferencia internacional de alcaldes para la paz prevista para otoño. Su promotor, el regidor de Donostia, mantiene su negativa a condenar públicamente el pasado de ETA y reclamar a la banda su disolución unilateral, como le exigen los grupos de la oposición en el Ayuntamiento, especialmente el PSE y el PP. «Los foros de diálogo por la paz que excluyen a las víctimas del terrorismo, o que simplemente no son capaces de recabar su apoyo, carecen de la necesaria autoridad moral», insistió Munilla.
«Maniobras de distracción»
El prelado fue más allá en su reproche a la izquierda abertzale y a Bildu, al remarcar que «la existencia de diversos tipos de víctimas y de violencias, no debe ser utilizada como una maniobra de distracción, que le libere a cada uno de su obligación moral de arrepentimiento y de petición de perdón hacia las víctimas que él ha generado, o de las que ha sido cómplice».
Esta aseveración se produce una semana después de que, aludiendo de forma indirecta a los presos de ETA acogidos a la ‘vía Nanclares’, Munilla reclamara a las víctimas el «perdón» para los etarras arrepentidos de sus asesinatos, al considerar que «se lo merecen». Su petición fue duramente criticada por la AVT, que acusó al prelado de padecer el «síndrome de Estocolmo».
Ante estas críticas, el religioso quiso dejar bien clara ayer cuál es su posición con respecto a este asunto. Por este motivo, en su homilía realizó una exigencia directa a la izquierda abertzale, a la que veladamente llegó a calificar de «cómplice», para que no se escude, para no condenar a ETA. Munilla reconoció que también existen víctimas originadas por la violencia de Estado o por abusos policiales, pero recordó a la izquierda abertzale que todavía sigue estando pendiente su revisión crítica del pasado, algo que también le reclaman el resto de formaciones políticas.
EL CORREO 16/08/13