Nadie debe tener miedo

Manuel Montero, EL CORREO, 12/10/12

La campaña ha adquirido un toque rutinario y de ‘déjà vu’. Se debe a que los publicitarios no han estado muy espabilados o a que la creatividad se les ha agostadoQuerrá tranquilizar, pero a uno le dicen que no se asuste si va al dentista, entra en el quirófano o se asoma a un precipicio. Cuando Urkullu aseguró que «nadie debe tener miedo» hizo la confesión más turbadora. Venía a reconocer que el PNV daba miedo. ¿Ahora hay propósito de enmienda? «El PNV tiene los pies en el suelo», explica, como novedad.

La nueva del sosiego marca una campaña que da en suave y amorosa. Falta el tradicional toque épico: no se anuncia que este es un momento ilusionante, un hito histórico. Nadie diría que estamos en un transitorio ‘escenario de paz’ y vamos hacia la fase resolutiva. La campaña ha adquirido un toque rutinario y de ‘déjà vu’. Se debe a que los publicitarios no han estado muy espabilados o a que la creatividad se les ha agostado. Su arte se repite.

«La izquierda al Parlamento» de la página EB se ha usado tantas veces –la última hace tres años– que da en atavismo. Más llamativo es lo del PP. Su «Ahora más que nunca» coincide con el lema de la Cruz Roja en el Día de la Banderita. El «Si tú no vas, ellos ganan» es trasunto del «Si tú no vas, ellos vuelven» que usó en 2008 el PSC contra los populares. Donde las dan las toman, pensará el PP, plagiando el «ellos» tenebroso.

«Euskadi la haces tú», asegura el PNV optimista (o resignado, si ya no nos idealiza) y mimético con el lema de la campaña turística del Gobierno vasco del año pasado: «Tú haces Euskadi». Así que al PNV le ha gustado algo de Patxi López: al menos, un slogan.

Tampoco se ha lucido el PSE con su rebuscado «Estamos a lo que hay que estar». Se asemeja a la campaña de tráfico de la primavera, que decía «Hay que estar a la que hay que estar», en boca del humorista Leo Harlem. Menos mal que han cogido el lema de este año y no el de hace treinta, aunque hubiese tenido su gracia pedir el voto con «Cuando conducimos no bebemos». Ha habido suerte.

No la ha tenido EH Bildu en su estreno en la plaza. Su «Este es tu momento» está más visto que el tebeo. Aparte de algunos boleros y cursos de autoayuda y así –«este es tu momento, activa tu fe»– lo han usado recientemente Comisiones Obreras, la ONG Cooperación Solidaria y propaganda para la depilación por láser. La encarnación electoral de la izquierda abertzale y adjuntos da en transversal y evoca tratamientos variados.

Únicamente el «Somos libres» de UPyD resplandece sin filiación clara. Como coincide con el himno del Perú, que empieza así, satisfará a Vargas Llosa, gurú del partido. Los peruanos lo adoptaron de la que se liberaron de España, dicho sea sin ánimo de incordiar.

Caracteriza a la campaña de los principales partidos la preocupación por el desplazamiento espacial. El «si tú no vas» del PP sugiere que hay que ir: moverse. El PSE, además de su afición al tráfico, luce su «Guk, gure bidean» que, lo mismo que «estamos a lo que hay que estar» (¿para hacer lo que hay que hacer?), indica que las medidas son obvias y ni han de molestarse en defenderlas. «Nosotros, en nuestro camino» señala movimiento, pero también da en mantra de autoestima. Quiere convencer de sus bondades en estos años recientes, que han de continuar sin volantazos. Tiene una consecuencia que se hace pesada. Les lleva a emplear gerundios sin descanso: «A seguir luchando contra la crisis», «a seguir reformando la administración», «a seguir defendiendo a las personas»… A Patxi López le sale ya el estribillo en sus pláticas: «Vamos a seguir trabajando por una educación» y demás. Los gerundios no suelen ser buen arma electoral. Cansan y sólo convencen a los convencidos, sin ofertas de nuevas fronteras, sólo seguir siguiendo.

El gran desplazamiento lo ofrece el PNV, con su «Euskadi Aurrera», una vuelta a los orígenes: rescata un clásico y engarza con gritos populares de ánimo. No dice a dónde vamos pero sí el compromiso con avanzar. También en la indefinición de lo que hay delante vuelve el PNV a sus actitudes de antaño. Y estaremos en buenas manos: en opinión de Urkullu, que, inmodesto, aseguró que «En Euskadi hace falta un buen patrón» al ofrecerse para el cargo.

El «Soluzioa» de EH Bildu no indica movimiento, pero sí lo hace una de las joyas de la campaña, cuando Mintegi dijo que «tendemos a la independencia». A lo mejor éstos se están pasando en su afán por dulcificar la fachada. El eufemismo no les aporta nada. A nadie se le había ocurrido que los independentistas habían metamorfoseado en «tendentes a la independencia». Tampoco era eso.

Lo más raro de esta campaña: apenas se habla de lo fundamental, sólo con indirectas. La autodeterminación sólo entra de rondón en el discurso y como a contrapié, como forzados por las aventuras de Artur Mas. Nuestros nacionalistas se refieren al asunto de forma genérica («paz definitiva», «la máxima aspiración de un país es ser independiente»), el PP les atribuye intenciones ocultas y el PSE dice que no apoyará un referéndum y los suyos entienden (o no) que se opondrá.

Da tono a la campaña la forma en que los nacionalistas se refieren a la cuestión. No hablan de grandes decisiones, sino de que propondrán pactos, sin explicar sobre qué: todo el mundo entiende. Quieren acuerdos, pactar con todos, cohabitar, vivir juntos, grandes consensos. En un rapto de entusiasmo Urkullu propone «abrazar» el acuerdo. Así la campaña adquiere un aire meloso, con amenazas de amor a varias bandas. Cae en empalagosa. Quién nos ha visto y quién nos ve.

Tanto amor mutuo puede celebrarse con un ‘pintxo pote’, la gran aportación de Bildu. Debe de ser como un ‘tea party’ pero a la vasca: en cuadrilla.

Manuel Montero, EL CORREO, 12/10/12