ALBERTO AYALA, EL CORREO – 10/04/15
· UPN y PSN pueden sufrir el 24-M un menor desgaste del previsto, según recientes encuestas.
Si Navarra inicia o no un nuevo ciclo político el 24 de mayo próximo lo determinarán, sobra decirlo, los propios navarros en las urnas. Pero si hace unos meses todos los estudios sociológicos coincidían al unísono en que los escándalos y las malas noticias que han sacudido estos años a la comunidad foral –la más dolorosa para miles de navarros, la desaparición de su caja, la CAN, absorbida por La Caixa– abren la puerta al cambio político, en este momento parece que no está tan claro.
Navarra ha estado gobernada desde la restauración de la democracia y la aprobación de su ‘estatuto’, el Amejoramiento del Fuero, por dos partidos: los socialistas y los conservadores de UPN. Dos grupos partidarios de que conserve su actual estatus de comunidad foral.
El nacionalismo vasco, que anhela el día en que Pamplona se convierta en la capital de una única comunidad política que agrupe a Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, y en un futuro también al País Vasco francés (Iparralde), siempre ha sido minoritario. De hecho, hace cuatro años obtuvo su mejor resultado y fue de 15 parlamentarios de los 50 que integran el Parlamento foral. Hasta entonces su récord estaba en 12; su suelo, en apenas 7.
A diferencia de Euskadi, en la comunidad vecina es la izquierda abertzale quien lleva la voz cantante en el mundo nacionalista. El PNV siempre fue una fuerza minoritaria (su mejor registro son 3 parlamentarios antes de la escisión). Una situación que ha cambiado desde que se cobija bajo el paraguas de Uxue Barkos, primero en Nafarroa Bai y tras la vuelta de Aralar al redil de la izquierda abertzale, Geroa Bai.
Campaña abertzale
El nacionalismo lleva tiempo ejerciendo una intensa presión desde todos los medios a su alcance para intentar que cuaje la idea de que faltan semanas para la caída del ‘regimen’ en Navarra, como denominan al ciclo PSN-UPN. O lo que es lo mismo, para el cambio.
Hace unos meses, el ‘Navarrómetro’, encuesta encargada por el Parlamento y elaborada por una empresa desconocida en la comunidad foral, vaticinaba un terremoto político en mayo. Pocos concedieron credibilidad al pronóstico: 19 escaños para Podemos y 11 para la izquierda abertzale. UPN se hundía y caía de 19 a8, y los socialistas de 9 a 5. Es decir, vientos de cambio pero liderados por la formación de Pablo Iglesias, sin rostros conocidos ni estructura en Navarra.
Hoy, a sólo mes y medio para que se conozca el veredicto de las urnas, los partidos barajan en privado sondeos bien diferentes a aquél. Todos coinciden en que UPN caerá, aunque repetirá victoria con entre 15-16 y 17 escaños. Los socialistas tampoco se hundirán; estarían entre los 8-9 y los 10 parlamentarios. Ciudadanos entraría con entre 2 y 4 escaños y el PP, con 1 ó 2.
Estos trabajos desinchan el globo Podemos, formación a la que vaticinan de 2 a 4 escaños. El nacionalismo vasco sumaría entre 11 y 17 parlamentarios.
Dicen los sociólogos que las encuestas sólo sirven para medir estados de opinión. Pues bien, las últimas –incluída otra pequeña difundida ayer por una radio– cuestionan que Navarra camine hacia un cambio de ciclo. Eso sí, la fragmentación hará muy complicado conformar un Gobierno estable.
ALBERTO AYALA, EL CORREO – 10/04/15